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Bizera: siempre positivo

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“Ir a Los Aromos y no poder tocar la pelota ni ponerme los zapatos, me hace sentir impotente”.

Siempre positivo", dice su estado en WhatsApp y él asegura que es su forma de encarar la vida. "A veces las circunstancias te llevan a bajonearte, pero son circunstancias, porque esto que me pasó no fue del deporte sino de la vida. Son circunstancias o cosas del destino y me tenía que pasar a mí", dijo Joe Emerson Bizera instalado en su apartamento de la calle Ellauri, en Pocitos. "Pero pongo la mejor voluntad y la mayor fuerza, para sobrellevar este momento", agregó a Ovación el zaguero sobre la forma en que encara la recuperación de la grave lesión.

En la foto de WhatsApp colocó un texto que dice: "Lo que Dios quiera. Como Dios quiera. Cuando Dios quiera". "Soy creyente, siempre lo fui", explicó. "No practicante pero creyente. En mis oraciones diarias pido siempre por salud y protección a mis seres queridos. Es una tradición familiar, en mi familia siempre fueron creyentes, mi madre es más practicante".

Su fe le hace ponerle buena cara al mal tiempo. "Creo que en la vida hay cosas mucho peores que esto, cosas que pasan en el mundo, guerras, hambre, pobreza extrema. Y aunque me ha tocado tener lesiones un poco raras, comparándolo con esas otras cosas, no es nada".

Bizera reconoce que la ruptura del tendón de su pectoral mayor, es la peor lesión que ha sufrido en su carrera, pero es muy optimista respecto a la recuperación. "Yo soy un poco contrario a los médicos. Ellos son los que saben, pero yo soy el que padecí la lesión y el que está abocado a la recuperación. Y pienso que los plazos y los tiempos van a ser más cortos. Respeto a los médicos y voy a hacer todo lo que me indican ellos sin salirme del libreto, pero las ganas a veces te llevan a conseguir otras cosas".

Y parece que tiene razón porque en la revisación que le hicieron el martes lo encontraron muy bien, y si en la de la semana próxima sucede lo mismo, comenzarán a sacarle de a ratos el cabestrillo algo que estaba estimado recién para las seis semanas de operado.

El zaguero ya estuvo dos veces en Los Aromos visitando a su compañeros. "Es raro, muy raro. Mirarlo de afuera, para uno que lleva ya tantos años en el fútbol, es muy raro. Siempre comento que cuando terminan los torneos y llegan las famosas vacaciones, que acá en Uruguay siempre se discuten, yo a los pocos días ya extraño, tengo ganas de volver, de estar con los compañeros, de volver a entrenar y ejercitarme. Porque nosotros por más que cada uno tiene su familia, con los compañeros en el club formamos otra familia. Ir a Los Aromos y no poder tocar la pelota, ni ponerme los zapatos me hace sentirme raro, impotente. Pero también me ayuda a distraerme un poco y no estar todo el día en casa".

Tampoco en su hogar puede hacer mucho. Y necesita de la ayuda de su esposa para tareas sencillas como vestirse y bañarse. "No me gusta que me estén haciendo las cosas; trato de ser lo más independiente posible".

A pesar de su optimismo, hay momentos en que Bizera se cuestiona lo que le pasó. "En momentos de soledad, sobre todo. No me gusta pensar en eso cuando estoy con mi familia o mis amigos, siempre trato de estar alegre y de disfrutar el día a día. Tengo razones para ser feliz, pero hay momentos en que me pregunto por qué el golpe no fue un poco más arriba o más abajo, o por qué me toca siempre a mí", admitió. "Pero más allá de esos momentos de angustia, trato de mirar lo positivo. Y de disfrutar de otras cosas que también te regala la vida, como la familia".

Se trajo a Tequila, la Chiguagua mexicana

Bizera tiene cuatro hijos: Pamela y Luana, de su primer matrimonio; y Facundo y Guadalupe, de su actual pareja. "Con las mayores estoy un poco menos por sus horario de estudio, Pamela está en el liceo y Luana en quinto año de escuela. Ya son dos señoritas. Y Facundo (5 años) y Guadalupe (3) son los médicos. Le pidieron a la madre que les comprara una valija de médico y dicen que van a curarme. El amor es muy importante". La familia se completa con Tequila, la perrita chiguagua que trajeron de México y que pronto tendrá cría. "Es de los niños; en Artigas, tengo cimarrones para ir de cacería".

Lesión: "es imposible que un compañero te quiera hacer mal".

"Con Santiago (Silva) somos muy amigos y desde el primer momento le dije que no se preocupara. Que no fue el causante, más allá de que fue partícipe de la jugada. No fue responsable. Son cosas que pasan mucho en los entrenamientos, un agarrón, un choque o un codazo, aunque no siempre terminan así. Es imposible que un compañero te quiera hacer mal, tampoco un colega del fútbol".

"Todas las lesiones raras me pasaron ahora en Peñarol"

"Mis últimas lesiones no fueron típicas del fútbol. Cuando tuve aquel choque con Jonathan Rodríguez no fue una lesión común tampoco. Fue una paralítica, pero el rodillazo me llegó al femur y me hizo una contusión en el hueso, tampoco fue una cosa que pase habitualmente. Nunca había tenido estas lesiones tan raras en mi carrera y me vienen a pasar todas ahora en Peñarol".

Dos llamados que lo sorprendieron: lavolpe y Giampaolo

"Hubo dos llamadas que me sorprendieron. La de Ricardo Lavolpe y Marco Giampaolo. Dos técnicos que me tuvieron en sus planteles. Tenía una buena relación con ellos, pero a veces la distancia hace que te pierdas un poco. De repente, un mensaje o un llamado por año, nada más. Me dieron una gran alegría, más allá del momento", contó sobre algunas de las muestras de apoyo recibidas.

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