Luis Suárez hizo su gol 11 en 7 partidos al hilo y puso en pie al Camp Nou.

Como en las buenas épocas de Diego Forlán en el Atlético, cada vez es más frecuente escuchar el coro de "uruguayooooo, uruguayooooo" en un estadio de España. Y realmente emociona que miles de personas en el Camp Nou se unan en esa voz para alabar a una de sus estrellas preferidas: Luis Suárez.

El 9 del Barcelona lleva 7 partidos anotando al hilo, es el segundo anotador del torneo con 11 tantos y ayer, ante la Real Sociedad, volvió a hacer un golazo que ya tiene marca propia: prender la pelota desde el aire, en este caso un centro de Dani Alves. Mientras el salteño corría festejando, por detrás del arco el brasileño lo esperó todo el tiempo como el Cristo del Corcovado: con los brazos abiertos. Pero como siempre lo dice el uruguayo, lo que importa es que el equipo juegue bien. Y vaya que lo hace. La lesión de Messi por dos meses permitió a Suárez y a Neymar dar todo de sí para suplir esa baja incalculable y, haciéndolo, revitalizaron su forma de jugar, que cada día es más espectacular.

Al principio del partido, la Real Sociedad logró su cometido de no dejar jugar al local, pero a medida que pasó el tiempo llegó lo irremediable. Suárez había avisado a los 2 cuando perdió un mano a mano con el golero Rulli. Messi empezó a tomar el manejo de la ofensiva con pases a los espacios, uno de ellos a Neymar que también perdió con el arquero argentino. Suárez puso un centro con tres dedos que Iniesta cabeceó y se fue a la base del palo. Cuando parecía que la presión de la Real resultaba, un nuevo ataque azulgrana, que empezó con Suárez en el piso pidiendo falta de un defensa y la ley de la ventaja que aprovechó Alves para servir a Neymar… y adentro.

El uruguayo tuvo unos momentos de roces con los rivales: en uno de ellos terminó por los aires tras una tremenda patada de Iñigo que para el árbitro no mereció amarilla. Sí la otorgó después contra Granero cuando volvió a entrar duro al charrúa. La venganza de Suárez vino a los 41, con una volea espectacular que infló la red y puso en marcha en la tribuna un coro con su nombre y el de Uruguay.

A los 7 del complemento Neymar puso el 3-0 y fue su gol número 14 en la Liga. A partir de ese momento todo consistió en que Messi hiciera su gol. "Si no marcan todos, parece que no están contentos", dice Luis Enrique.

Un tiro cruzado del 10 dio en el horizontal, pero cuando el partido casi terminaba llegó su gol. ¡Vaya poema de jugada! Neymar recibió un balón y cambió de orientación con un movimiento seco y encaró al área, se ofreció Suárez y se la dio. El salteño le hizo la pared con un toque exquisito y Neymar volvió a cruzarla para que Messi en el segundo palo, solo tuviera que empujarla.

Mientras la selección brasileña ha abandonado el "jogo bonito", el Barcelona se lo apropia con Neymar, Messi, Suárez, Iniesta, Busquets y hasta Claudio Bravo, que se dio el lujo de manejar el balón con los pies con ciertas exquisiteces.

Terminaron los culés una semana para alquilar balcones: 4 goles al Real Madrid, 6 a la Roma, 4 a la Real Sociedad y solamente un tanto en contra.

El Atlético de Madrid, con José María Giménez y Diego Godín formando juntos el centro de la zaga, venció ayer por 1-0 al Espanyol en el Vicente Calderón y mantiene su diferencia de cuatro puntos con el líder actual de la Liga, el Barcelona. Un triunfo que además amplía la racha de un equipo que no sabe lo que es perder desde el 30 de septiembre, cuando cayó por la Champions ante el Benfica. Desde entonces, el equipo del "Cholo" Simeone lleva 10 partidos sin derrotas con un saldo de 7 victorias y 3 empates. El único tanto del partido lo anotó el francés Antoine Griezmann, que cerró una semana notable con tres goles en dos partidos, contando el doblete del pasado miércoles por la máxima competición europea. La nota negativa del encuentro para los colchoneros fue la lesión del mediocampista portugués Tiago, que se fracturó la tibia en una acción inusual, ya que fue él mismo el que fue a golpear al rival y terminó rompiéndose. Será operado hoy y el Atlético estará unos cuatro meses sin uno de sus mejores armadores de juego.

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