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Vivir un clásico sin violencia

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Turistas. Largas colas para ingresar al Camp Nou. El clásico de España se vive en todo el mundo y siempre tiene asegurada presencia de extranjeros.
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Antes, durante y después, la fiesta se disfrutó en calles y bares de Barcelona.

Barcelona es Fútbol Club Barcelona. No hay nada más emblemático y más atractivo en la ciudad que el cuadro de fútbol con sede en el Camp Nou, por eso cuando ayer, el Barça y el Madrid se enfrentaron en el clásico más importante del fútbol mundial, la ciudad se convirtió en una fiesta.

Durante los días previos, la ciudad permaneció tranquila, esperando la Navidad con las decoraciones de luces ya colocadas y encendidas. De dar vueltas por la calle nadie hubiese imaginado que uno de los días más ansiados del año llegaría.

El viernes por la tarde los puestos que venden entradas en Las Ramblas anunciaban en sus carteles que la opción más económica para ir al partido era de 450 euros y los precios ascendían superando lo 1000 euros.

En tanto, en el Camp Nou unos cuantos turistas se acercaban a hacer el tour y mirar cómo se preparaba la explanada del estadio para el acontecimiento. En la puerta principal, decenas de revendedores detenían a los transeúntes para ofrecer entradas por unos 300 euros.

Las cadenas internacionales de deportes y canales de todo el mundo ya instaladas en las puertas del estadio anunciaban las últimas novedades de los equipos, que concentrados esperaban a las 16.15 horas del sábado para saltar a la cancha.

Ayer, desde muy temprano en la mañana, turistas, fanáticos y curiosos se acercaron a la explanada del Camp Nou. Alrededor de las 12.00 horas la seguridad del equipo culé desalojó el predio para horas más tarde empezar a dejar pasar a los hinchas que comenzaban a amontonarse en las afueras del escenario.

Dentro del predio, y en los alrededores, miles de vendedores ambulantes hacían su cosecha ofreciendo camisetas oficiales y falsificadas y muchas bufandas, considerando que la temperatura estuvo alrededor de los 13 grados en el otoño barcelonés.

En los alrededores del estadio cientos de revendedores ofrecían sus entradas: 450, 200, 150 y hasta 1000 euros eran los precios ofrecidos a quienes no habían adquirido su ticket aún.

Los pocos parciales del Real Madrid que se acercaban iban junto a sus amigos del Barcelona. Mientras que en las tribunas laterales los turistas eran los principales espectadores, en Gol Nord y Gol Sud, la peña barcelonista se arrimó cantando el himno del club.

Cerca de las 16.00 horas comenzó a verse la "ola" de hinchas. Los aficionados aparecían como hordas cruzando la calle, mientras que en la plaza frente al Gol Sud, cientos de personas realizaban cánticos de aliento en catalán mientras tomaban cerveza.

A la hora del partido, los bares se atestaron de gente, quienes vencidos y sin tickets, veían que no llegaban a entrar, corrieron hacia los bares que hay por toda la ciudad para ver lo que fue un empate con sabor a derrota para el equipo de Luis Suárez.

Valen oro.

Los revendedores hicieron de las suyas. Y no sólo ayer, antes del clásico, en los días previso también. Quienes llegaban al Camp Nou y se iban sin sus entradas, recibieron ofertas varias: se llegó a pagar hasta 1.000 euros por un ticket para ver el duelo entre Barcelona y Real Madrid. Una ganga, ¿no?

Neymar llegó al camp nou con casaca de "chape".

Neymar arribó al Camp Nou con la camiseta del Chapecoense. El brasileño homenajeó a sus compatriotas desde el primer día que se dio a conocer la tragedia en Barcelona. El astro culé, ha sido de los que más sintió el accidente sufrido por el club norteño. Y lo demostró siempre.

Zidane y la racha.

Antes del clásico, el Madrid llegaba con 32 partidos sin conocer la derrota. De la mano del francés Zinedine Zidane, el equipo "merengue" encontró una racha positiva muy importante. Tras el duelo, se extendió a 33 encuentros, y quedó a uno solo de alcanzar el récord de partidos sin perder. El Real Madrid festejó el empate por la ventaja y también por su racha.

Mucha seguridad.

Como siempre, hubo una amplia zona de exclusión y desde tempranas horas, ya con las puertas abiertas del Cam Nou, fueron llegando los hinchas. Hubo policías en todo el predio, y mucha guardia privada. Cacheos y revisaciones en todas las puertas de ingreso, y no hubo problemas, ni siquiera en la hora pico cuando se acercó la horda de fanáticos del equipo culé. Clima de fiesta de principio a fin.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Turistas. Largas colas para ingresar al Camp Nou. El clásico de España se vive en todo el mundo y siempre tiene asegurada presencia de extranjeros.

LIGA DE ESPAÑAMARIANA MALEK

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