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Argentina ya está en Guayaquil

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Lionel Messi. Foto: La Nación/GDA.

ELIMINATORIAS

Con más incertidumbres que certezas, Argentina viajó desde Buenos Aires a Guayaquil y ya está en suelo ecuatoriano a la espera del partido de este martes ante el seleccionado local en Quito.

Una ciudad semivacía. Eso encontró anoche la selección argentina cuando llegó aquí, a 4245 kilómetros al norte de su punto de partida. No importó tanto, esta vez, tener la foto de Messi en el patio propio: para los guayaquileños, la fiesta del aniversario 197 de la Independencia de la ciudad supuso, como cada año, una oportunidad de oro para pasar el fin de semana largo lejos de una urbe habitada por tres millones de personas. Pero esta vez resultó particularmente inútil el habitual celo que se monta alrededor del plantel argentino: en la puerta del hotel había anoche no más de 60 hinchas sobre las vallas naranjas que afeaban el ingreso. Incluso, las cuadras aledañas habían sido cerradas, en un operativo policial exagerado, aunque entendible: la presencia del mejor jugador del mundo siempre altera a los que tienen que custodiarlo.

El poco ruido que podía escucharse en la noche -el plantel llegó a las 20.15, hora local, dos menos que en la Argentina- estaba en otro lado: en el centro de Convenciones, donde se desarrollaba la feria gastronómica; en el Malecón, a orillas del río Guayas, donde arreciaban los fuegos artificiales; y estará hoy en la avenida 9 de Octubre, tapizada por 4 mil estudiantes que marcharán en el tradicional desfile. Otro cantar: en esta hora crucial, la selección no está ni para ferias ni para desfiles ni mucho menos para fiestas. Se instaló aquí con el propósito de tener un día de trabajo cerca de Quito -escenario del partido del martes- ,una decisión que le sirvió también para alejarse del ruido que hay en el país: el riesgo de quedarse fuera del Mundial se interpreta en algunos ámbitos como una catástrofe nacional. Y contra eso, está visto, es muy difícil luchar.

Para escapar a ese designio e imaginar que la Argentina pondrá sus pies en Rusia, los cabuleros se abrazan a algunos datos simbólicos. El Hilton Colón Guayaquil, donde la selección durmió anoche y lo hará hoy, es el mismo donde el equipo que conducía Marcelo Bielsa se alojó en 2001, antes de la única victoria de la Argentina en Eliminatorias en tierras ecuatorianas. Y hoy, el entrenamiento se hará en el estadio George Capwell, un lugar que Jorge Sampaoli conoce bien: pertenece a Emelec, el equipo que dirigió en 2010. Fue un buen año para el club y para él: el equipo eléctrico terminó segundo en el campeonato local (perdió la final contra la Liga de Quito de Edgardo Bauza) y consiguió la clasificación a la Copa Libertadores y la Sudamericana. El recuerdo que Sampaoli dejó allí ayudó a que hoy la selección pueda encarar en el Capwell la última prueba antes de jugar el partido del año.

Recién ayer, en la práctica de la mañana, el entrenador empezó a entregar algunas pistas de la formación del equipo. Se sabe: a Sampaoli le gusta probar, mezclar, cambiar hasta encontrar el punto y convencerse. Es parte de su metodología, como explicó antes del partido del jueves en la Bombonera. Por eso, lo que ocurrió ayer a la mañana en el predio de Ezeiza podría ser diferente a lo que suceda esta tarde en el de Emelec. Pero sirve como punto de partida.

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En ese entrenamiento matutino se observaron dos cambios de nombres: Enzo Pérez ocupó el lugar de Banega y Salvio, el de Papu Gómez. Esta última modificación generó el regreso de Di María a la banda izquierda, borrando de un plumazo el plan que se ejecutó ante Perú: jugar con un extremo zurdo por derecha y con uno derecho por izquierda, condición propicia para ir hacia adentro y abrirle el espacio al lateral que subía. Es una de las conclusiones que le quedaron al cuerpo técnico: no vieron que Gómezy Di María hayan mezclado con Messi como pretendían. Lo que se mantendría es el sistema táctico: 4-2-3-1. Si en los 2856 metros sobre el nivel del mar de Quito juegan los de ayer, entonces serán Romero; Mercado, Otamendi, Mascherano, Acuña; Biglia, Pérez; Salvio, Messi, Di María; y Benedetto.

Sean ellos u otros los titulares, en el estadio Atahualpa los intentarán arropar alrededor de 4000 compatriotas: esa es la cantidad de entradas que dispone la AFA para hinchas argentinos. Hasta ayer, apenas habían comprado su ticket unos 470 hinchas. Pocos, sí, pero muchos más que los que acompañan al plantel en Guayaquil en estas horas de incertidumbre.

Oscar Ruggeri, Claudio Tapia. Foto: La Nación/GDA.
Oscar Ruggeri y Claudio Tapia. Foto: La Nación/GDA.

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