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Goleada argentina y a la final

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Argentina arrasó 6-1 a Paraguay en un partidazo de Di María, que hizo doblete, y de Messi, que aunque no pudo anotar generó el peligro albiceleste. Los de Martino se jugarán el título con Chile el próximo sábado.

Si el antiguo Lionel Messi, aquel de Guardiola y los 4 Balones de Oro consecutivos, ya logró hacerse temible ante cualquier rival, esta versión 2.0 del crack argentino ha vuelto a hacerlo y si nadie lo detiene terminará superándolo.

Tal y como ha puesto en práctica en el Barcelona del triplete a lo largo de toda la temporada, este nuevo Messi se siente mucho más cómodo como director de orquesta, siendo el origen de las jugadas de peligro antes que el definidor que las termina. Este nuevo Messi es mucho más difícil de perseguir sobre la cancha, ya que se mueve con total libertad por el mediocampo, y recibe la pelota en posiciones en las que en otra época los defensas rivales se sentían a salvo. Eso ya se terminó. Cuando la nueva versión del crack recibe la pelota, las posibilidades en su haber se multiplican, así como las dudas de sus rivales.

Porque ahora, Messi puede decidir arrancar sus mortales carreras desde el perfil menos imprevisto, lo cual hace que los sistemas defensivos de los oponentes se resquebrajen según va dejando atrás a los contrarios. Y a la vez que eso sucede, es inevitable que a sus compañeros se les multipliquen los espacios para llegar al gol. Este nuevo Messi lidera, rompe en velocidad, levanta la cabeza, asiste... y si le llega la oportunidad, lógicamente define. Anoche no la tuvo, pero eso no le quitó protagonismo: apareció en la mayoría de los tantos de Argentina.

Marcos Rojo abrió el marcador “pescando” una pelota quieta que se perdió en el corazón del área. Poco después, Pastore hizo el papel del “antiguo” Messi y entró como un puñal al área, aprovechando una asistencia del diez, para anotar el segundo gol. Los infortunios de Paraguay no terminaron con los goles: en pocos minutos perdió por lesión a Derlis González y a Santa Cruz y vio cómo la noche se le venía encima. Lucas Barrios confirmó su buen torneo y se convirtió en la esperanza de los de Díaz descontando antes del descanso. Una esperanza tan efímera como los dos minutos iniciales del complemento, en los que Argentina se encargó de demostrar que no permitiría milagros.

La maquinaria ofensiva albiceleste, esa a la que habíamos echado en falta en la Copa hasta ayer, se puso a pleno funcionamiento y destrozó a Paraguay de tal manera que nos hizo tener la falsa sensación de que Jamaica se protegió mejor ante estos mismos hombres. Messi puso el liderazgo y Di María, la efectividad. El “Fideo” reivindicó su protagonismo en el ataque argentino con dos golazos, un enorme centro a la cabeza de Agüero y por supuesto su habitual derroche de potencia. Argentina, con sus espadas más afiladas que nunca, apunta ahora sus armas hacia el anfitrión. El sábado habrá campeón.

¿No habrá dos sin tres o la tercera será la vencida?

La albiceleste se metió en la gran final de la Copa América y tiene la chance de conquistar un título que se le viene resistiendo de forma dramática. Fueron dos las finales que Argentina disputó en este siglo XXI y las dos las perdió ante Brasil: en 2004 y en 2007. Este sábado se las verá con el anfitrión de esta edición, el Chile de Sampaoli, un rival de corte similar (potente ataque, inestable defensa) que tiene ante sí una oportunidad única de estrenar sus vitrinas. La buena noticia para los de Martino es que afrontarán la cita con su temible potencial ofensivo en plena forma. Mucho se había especulado sobre la escasa producción atacante de Argentina respecto a su cartel. Llevaban cuatro goles en cuatro partidos hasta que ayer anotaron esos mismos goles en sólo una mitad de encuentro. Un hecho que no sorprendió a Messi. “Sabíamos que cuando entraran íbamos a hacer muchos goles. Hablábamos que era una casualidad (que los goles no salieran) y hoy se dieron todas juntas. Sabemos que jugando de esta manera vamos a crear muchas situaciones”, dijo el crack tras el partido.

Un Messi que, como hace unos meses, volvió a quedar al borde de darle un deseado título a su país. Hay una curiosidad que podría jugar a su favor: desde el 98, el mejor sudamericano mundialista conquistó la siguiente Copa América. Brasil ganó en 1999, 2004 y 2007 tras ser el mejor representante del continente en los mundiales previos. Luego ganó Uruguay tras su cuarto puesto en Sudáfrica 2010. Ahora, la albiceleste llega a la final tras ser finalista en Brasil 2014. ¿Estará destinada a ganarla?

ARGENTINA 6 - 1 PARAGUAY

Argentina: S. Romero, P. Zabaleta, M. Demichelis, N. Otamendi, M. Rojo; J. Mascherano (76' F. Gago), L. Biglia, J. Pastore (73' E. Banega), Á. di María, S. Agüero (80' Higuaín) y L.Messi.

DT: Gerardo Martino

Paraguay: J. Villar, B. Valdez, P. da Silva, P. Aguilar, I. Piris, V. Cáceres, R. Ortíz, D. González (26' R. Bobadilla), É. Benítez, R. Santa Cruz (29' L. Barrios) y H.Valdez (55' O. Romero).

DT: Ramón Díaz

Goles: 14' Rojo (A), 26' Pastore (A), 42' Barrios (P), 47' Di María (A), 52' Di María (A), 80' Agüero (A), 83' Higuaín (A)

Árbitro: Sandro Ricci (Brasil)

Asistentes: E. De Carvalho y F. Pereira.

Amarillas: Biglia (A), Rojo (A), Cáceres (P), Da Silva (P), Ortiz (P)

Estadio: Municipal Alcaldesa Ester Roa Rebolledo (Concepción)

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Marcos Rojo festeja en Argentina-Paraguay. Foto: EFE

COPA AMÉRICAJORGE ALDEA

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