Todo parece indicar que el tiempo de la diplomacia se termina y el mundo está a un paso de sufrir las consecuencias de una guerra. El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, el primer ministro de Gran Bretaña, Tony Blair y el presidente del gobierno de España, José Aznar, se reunieron en las Islas Azores, en la jornada dominical y dejaron en claro que Naciones Unidas tiene hoy la última oportunidad de actuar con firmeza para obligar al régimen de Irak a desarmarse. Los tres gobernantes mantienen una postura unida para dar un ultimátum a Saddam Hussein para que actúe de inmediato y elimine lo que estos países denuncian como armas de destrucción masiva o convierta a Irak en blanco de una contundente acción militar. Bush no dejó dudas sobre la postura de los tres: "el lunes (hoy) será el día en el que se sepa si todavía es posible una solución diplomática para Irak. Será el momento de la verdad". Y, subrayó: "El régimen iraquí tiene que desarmarse o será desarmado por la fuerza".

Lo que el Presidente estadounidense dijo es que si en esta jornada Naciones Unidas no exige a Saddam el desarme inmediato, se abrirá el siempre doloroso camino de la guerra. En el frente diplomático parece difícil que surja una solución o una resolución de consenso, debido a que Francia ha anunciado que vetará una decisión que habilite la guerra. El presidente Jacques Chirac no esta solo en esa posición, sino que China y Rusia también se oponen con firmeza a cualquier intento bélico y quieren que prosigan las inspecciones y el desarme se lleve a cabo por medios pacíficos.

Por ahora, Estados Unidos, Gran Bretaña y España no tendrían los nueve votos necesarios para una resolución de ultimátum y guerra. Y ante la eventualidad de que los consiguieran, el presidente Chirac ratificó ayer que aplicaría el veto.

Estados Unidos y Gran Bretaña han movilizado 300.000 soldados, además de portaaviones, escuadrones de combate, aviones de vigilancia y otros equipos. Tienen todo pronto para lanzar el ataque contra territorio de Irak.

En estas horas se juega la suerte de un conflicto que tendrá repercusiones mundiales, tanto políticas como económicas. La vía de la paz va a perder.