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¿Se viene otra Argentina?

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El sábado pasado, 14 de marzo, se produjo en la vecina Gualeguaychú, un hecho político de muy particular importancia. Por una mayoría clara de 186 convencionales a favor, y 130 en contra, la Convención de la Unión Cívica Radical avaló buscar acuerdos políticos de Estado, con el PRO de Mauricio Macri, y el armado de boletas únicas, intentando evitar la fuga de derrotados (Cobos, Morales y otros que se refugiaron en sus provincias….).

El sábado pasado, 14 de marzo, se produjo en la vecina Gualeguaychú, un hecho político de muy particular importancia. Por una mayoría clara de 186 convencionales a favor, y 130 en contra, la Convención de la Unión Cívica Radical avaló buscar acuerdos políticos de Estado, con el PRO de Mauricio Macri, y el armado de boletas únicas, intentando evitar la fuga de derrotados (Cobos, Morales y otros que se refugiaron en sus provincias….).

Declaró Ernesto Sanz, su mentor: “Hay un tronco común en la Argentina del cambio. Partimos de una coalición posible y habrá dos grandes polos, el del gobierno y el nuestro”. Tanto Macri como Carrió felicitaron públicamente a Ernesto Sanz, y a todos los radicales.

Claro que ahora hay que suturar heridas internas de la UCR, y avanzar en el armado electoral. Pero esto es histórico, y enciende una luz de esperanza para quienes no comulgamos con populismos, y nos reconocemos en democracias plenas y republicanas, con las máximas libertades, separación de poderes y, sobre todo, para quienes no toleramos la corrupción y el terrorismo de Estado.

Es, claramente a la vez una luz roja para el cada vez mas desgastado gobierno K.

No podemos dejar de pensar en algunas similitudes, entre estos acuerdos y lo que fue el nacimiento del Partido de la Concertación.

El mismo fue fruto de una idea en común entre gente de diferentes colectividades, que veían un país de la misma manera, mas allá de las diferencias históricas e incluso de principios. Pero quienes integraron e integran el Partido de la Concertación, supieron poner por encima de eso, la necesidad de votar conjuntamente, y fundar un Partido para restablecer principios e ideas comunes. Esa fue la piedra fundacional de la Concertación. La herramienta se utilizará en mayo. Pero llegó para quedarse.

Volviendo a Argentina, Sanz también declaró, “Hay que tomar riesgos y hacerse cargo del clamor por equilibrio y alternancia”. No podemos menos que destacar la valentía del candidato radical. Se va a definir el programa dijo: “Un acuerdo de políticas de estado en cinco o diez puntos”.

Por supuesto, como en nuestro país, inmediatamente, salieron a criticar el nuevo acuerdo. En especial Scioli, de familia radical, que admitió haber votado a Raúl Alfonsín en el retorno de la democracia, dijo que cuando “se unen en contra de las cosas nunca pueden salir a favor”. Pregunto: ¿Por qué? ¿A favor del quien? No lo explicó.

No crean que en la Convención de la UCR en Gualeguaychú hubo festejos. Terminó a las cinco de la mañana con tibios aplausos y 200 “militantes” intentando entrar al teatro ...

Esto le da al PRO, una fuerza en el interior de la Argentina, muy significativa, que la necesitaba como el aire, porque, es ahí a donde estaba débil. Donde no la tenía. Y no es casualidad que se hayan unido Carrió y la UCR al PRO. Es que el modelo K esta totalmente acabado, perimido, agotado, y se necesita el cambio.

Macri es una persona exitosa y tiene dos grandes virtudes, que parecerían escasear: es honesto y le gusta trabajar. Con eso esta muy cerca del sillón de Rivadavia.

Parece soplar un gran pampero en la vecina orilla, que ojalá venga a refrescar a toda América Latina.

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Ignacio Sienra

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