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¿La salud no importa?

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La Academia de Medicina de Francia, alarmada por la expansión de la marihuana entre los jóvenes franceses, acaba de emitir una declaración que resume sus consecuencias sobre la salud: “El uso del cannabis perturba las funciones cognitivas, en particular en la edad de los escolares y universitarios. Puede inducir trastornos de ansiedad y depresión con su riesgo de suicidio. Puede agravar perturbaciones psicóticas, como la esquizofrenia. Facilita el consumo de otras drogas como tabaco, alcohol, opiáceos o psicoestimulantes. La deshinibición inducida por el cannabis aumenta el riesgo de auto y hetero- agresividades y participa del balance mortal de los accidentes de ruta. Los daños somáticos son igualmente conocidos: cánceres O.R:L. y bronco-pulmonares”, etcétera , etcétera.( www.academie-medicine.fr).

La Academia de Medicina de Francia, alarmada por la expansión de la marihuana entre los jóvenes franceses, acaba de emitir una declaración que resume sus consecuencias sobre la salud: “El uso del cannabis perturba las funciones cognitivas, en particular en la edad de los escolares y universitarios. Puede inducir trastornos de ansiedad y depresión con su riesgo de suicidio. Puede agravar perturbaciones psicóticas, como la esquizofrenia. Facilita el consumo de otras drogas como tabaco, alcohol, opiáceos o psicoestimulantes. La deshinibición inducida por el cannabis aumenta el riesgo de auto y hetero- agresividades y participa del balance mortal de los accidentes de ruta. Los daños somáticos son igualmente conocidos: cánceres O.R:L. y bronco-pulmonares”, etcétera , etcétera.( www.academie-medicine.fr).

Esta opinión es compartida por todas las autoridades médicas del mundo, incluso en nuestro país, en que el Sindicato Médico y la Sociedad de Psiquiatría del Uruguay han emitido en su momento claros pronunciamientos al respecto.

Estamos ante un tema de salud grave, “tanto o más grave que el cigarrillo”, según decía hasta hace un año el Presidente Vázquez, líder de una exitosa campaña para su reducción. Como es notorio, estos días también el Presidente Mujica ha invocado la prioridad por la salud, en los EE.UU., cuando solicitó ese descaminado apoyo para el juicio con Phillip Morris. La contradicción es inexplicable, pero más allá del juicio que políticamente merezca, lo que importa es que se ha puesto en marcha un sistema de validación de la droga sin advertir de modo alguno sobre sus perniciosos efectos.

La señal que se le ha dado a la sociedad es que la marihuana es benemérita, al punto de habilitar su ingreso por tres vías, el autocultivo, los clubes de plantadores y la provista por el Estado a las farmacias.
Por supuesto, no se piensa en que esa marihuana competirá con otra de mayor THC (la sustancia psicoactiva) ; que los menores estarán expuestos, en sus casas, a la tentación de probar; que el narcotráfico seguirá proveyendo las demás drogas (cocaína, heroína, pasta base) y que también lo hará a los menores; que incluso vamos a estar pagando impuestos para subvencionar el vicio, lo que es un escándalo.

¿Porqué esto último? Porque la marihuana queda exonerada de IMESI e IMEBA, con un tratamiento más favorable que el tabaco, la cerveza y las bebidas refrescantes. Este privilegio impositivo se establece para competir con la droga que se consume en nuestro país clandestinamente. Por lo mismo, ya se ha publicitado que se venderá a 20-22 pesos, sin tener idea de lo que costará producirla y venderla. De modo y manera que seguramente estaremos contribuyendo a sustentarla. Lo dicho, escandaloso.

Se sigue insistiendo en el fracaso de la política represiva. Ya es un tópico de estos tiempos que no va al fondo de la cuestión, que es el origen de las adicciones. El fracaso es justamente de la sociedad contemporánea, que no logra que los jóvenes se sientan equilibrados y conscientes de su destino, que no llenen sus temores o sus vacíos de ocio, afecto o interés con otros espacios de realización. Ni el deporte, ni las religiones, ni la música, ni las causas políticas, ni el arte o la sociabilidad resultan suficientes para impedir que busquen la evasión artificial.

Allí está el problema, del cual nace una demanda que siempre va a estar satisfecha por alguien. La represión nunca podrá terminar con las adicciones, pero justo es decir que en algunos países ha impedido el avance del narcotráfico sobre los poderes públicos. ¿Alguien duda que de no haber mediado la lucha que libraron en su tiempo los presidentes Uribe y Santos, hoy la política y los medios de comunicación de Colombia estarían prácticamente manejados por el narcotráfico?

El efecto expansivo del consumo ya se advierte. Lo registran diariamente maestros y profesores y a simple vista se observa un empleo exhibido sin retaceos. Mientras tanto, la organización para regular la compleja reglamentación apenas se está poniendo en marcha.

¿Dónde están, por ejemplo, los contralores de conductores de vehículos, tal cual se hace con el alcohol? ¿Cómo harán los establecimientos de enseñanza para verificar que sus estudiantes no concurran bajo su efecto? En el plano educativo, la marihuana golpea justamente en el talón de Aquiles de la generación actual, a la que se le acentuará su tendencia muy difundida a la desconcentración y búsqueda del menor esfuerzo.
¿Cómo es posible que no se haga una campaña efectiva para mostrar los indiscutibles efectos perniciosos de la marihuana? ¿Cómo siguen las autoridades explicando las maravillas medicinales de la marihuana y reforzando así la idea de su bienhechora presencia?¿Cómo no se advierte lo que ya está pasando en espectáculos públicos, en establecimientos de enseñanza y aún en la calle misma?¿ Alguien cree que el Estado , que no puede ni con la basura, podrá detener lo que él mismo estimula?

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Julio María Sanguinetti

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