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¿Qué importan los títulos?

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Parece cantinflesco, pero no lo es. Y no se puede tomarlo como tal porque involucra a un área tan sensible como la del personal policial. Me refiero al caso Anzalone. Sí, el de Laura Anzalone, la mujer que se hizo pasar por psicóloga y nunca tuvo título y que era responsable de admitir o rechazar -prueba psicológica mediante- el ingreso de nuevos policías. Laura es hermana de Leonardo Anzalone, director de Asuntos Sociales del Ministerio del Interior. Leonardo nombró a Laura en 2013 y todo pareció quedar en familia. La farsa quedó al descubierto en octubre de 2016 cuando el psicólogo y expolicía Robert Parrado, radicó una denuncia penal contra los hermanos Anzalone.

Parece cantinflesco, pero no lo es. Y no se puede tomarlo como tal porque involucra a un área tan sensible como la del personal policial. Me refiero al caso Anzalone. Sí, el de Laura Anzalone, la mujer que se hizo pasar por psicóloga y nunca tuvo título y que era responsable de admitir o rechazar -prueba psicológica mediante- el ingreso de nuevos policías. Laura es hermana de Leonardo Anzalone, director de Asuntos Sociales del Ministerio del Interior. Leonardo nombró a Laura en 2013 y todo pareció quedar en familia. La farsa quedó al descubierto en octubre de 2016 cuando el psicólogo y expolicía Robert Parrado, radicó una denuncia penal contra los hermanos Anzalone.

Según un informe de la periodista Paula Barquet, publicado este domingo por El País, antes de llegar a esta instancia, Parrado debió recurrir a un juez letrado de lo Contencioso Administrativo, para obtener la información solicitada antes al Ministerio del Interior y que dio sustento a la denuncia.

La semana pasada, el fiscal Gustavo Zubía pidió el procesamiento con prisión para Leonardo Anzalone por conjunción de interés privado y público y el procesamiento sin prisión para su hermana por usurpación de título. En estos días, la jueza Ana Claudia Ruibal deberá decidir sobre el caso.

El tema es grave. Usted dirá qué puede esperarse si el propio Vicepresidente de la República Raúl Sendic, dijo, desmintió, confirmó, y volvió a confirmar una y cien veces que era licenciado en Genética Humana. En ese inexistente título se amparó, siendo diputado, a la hora de fundamentar su voto a favor de la ley de despenalización del aborto, en diciembre de 2002, según reveló semanas atrás el semanario Búsqueda. Hace 15 años, Sendic ya alardeaba de algo que nunca tuvo. El ejemplo cundió y repicó y cómo en el Ministerio del Interior en 2013 cuando Anzalone contrató a su hermana.

Durante los tres años que ostentó el cargo la psicóloga trucha, tuvo poder de decisión para bochar o aprobar el ingreso de funcionarios policiales. ¿Cómo les habrá caído la noticia a los policías profesionales y de carrera? ¿Se puede crear un cuerpo policial que prevenga y combata a la delincuencia sobre el engaño y la mentira? ¿Cuáles son los mensajes que desde el poder se le está dando a la población y -especialmente- a las generaciones más jóvenes? ¿A tal grado llega el mareo de algunos funcionarios de gobierno que no les importa mentir impunemente?

El ministro del Interior, Eduardo Bonomi, suspendió el contrato de Laura Anzalone, en octubre de 2016, cuando la información sobre su inexisten- te título se hizo pública a través de la prensa. Es cierto. Esto generó también la renuncia de uno de los hijos de la falsa profesional que trabajaba en los servicios informáticos del Hospital Policial. ¿Se tomaron otras medidas para sanear la situación? ¿En qué consistieron?

Una vez más será la Justicia la que decida. Aunque muchas veces el derecho no tenga instrumentos para castigar las conductas inmorales.

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Diego Fischer

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