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El verdadero problema

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JUAN ORIBE STEMMER
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Todas las sociedades tienen desafíos y problemas. Esto no es una novedad.

Basta pensar en la situación de los países europeos en 1946. La diferencia fundamental entre las sociedades es la capacidad de sus miembros para enfrentar sus desafíos y resolver sus problemas. Es un problema cultural. Cuentan que cuando el ministro de Economía de la Alemania Federal, Ludwig Erhard, visitó nuestro país alguien le preguntó acerca del milagro económico alemán. La respuesta de Erhard fue que no había milagro, que todo se había debido al trabajo de los alemanes. Pero, continuó, el verdadero milagro era el del Uruguay… Para entonces, el milagro uruguayo estaba en crisis.

Como diría List, una de las principales ventajas comparativas adquiridas de cualquier sociedad es la materia gris de sus habitantes.

Desperdiciamos sistemáticamente esa riqueza.

Un estudio del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEEd) concluye que la proporción de jóvenes pertenecientes al grupo de edades de 21-23 años que egresó de la Educación Media en el período 1980-2019, pasó de 22,6% al 42,7%. ¡Tomó cuarenta años disminuir la cantidad de jóvenes de ese grupo de edades que no completan la enseñanza media del 77,4% al 57%! No es un resultado para sentirnos muy orgullosos.

Pero, la proporción de jóvenes en el grupo de edades de 21-23 años que completa la enseñanza media varía de acuerdo al nivel socio-económico de sus hogares.

En el caso de la enseñanza media básica, la proporción de jóvenes que egresaron en el grupo de edades de 21-23 años pertenecientes al nivel socio-económico muy bajo fue 36.1% en el año 2006 y 53,2% en el 2019. Un incremento de solamente 17% en 13 años. Problema para el fin de semana: ¿a este ritmo, cuántos años tomará llegar a una tasa razonable del 85% de egresos?

En cambio, en el caso de los hogares con un nivel socio-económico medio, las proporciones fueron 70.3% en el 2006 y 85.5% en el 2019, y en el de los jóvenes provenientes de hogares de nivel socio-económico muy alto, las proporciones fueron 86,1% y 94,1%.

La asimetría es aún mayor en el caso de la enseñanza media superior.

La proporción de jóvenes del grupo de edades de 21-23 años de familias de nivel socio-económico muy bajo que completó la enseñanza media superior (y la enseñanza secundaria) aumentó del 32,2% en el 2006 al 42,7% en el 2019.

El porcentaje de jóvenes de las familias con un nivel socio económico medio que culminó ese ciclo aumentó del 38,5% al 52%, y el de los jóvenes pertenecientes a hogares con niveles socio-económicos más altos pasó del 66,6% al 78,3%.

El 60% de los jóvenes pertenecientes a hogares de nivel socio-económico más bajo no culminó la secundaria. Esto cuando la economía uruguaya (impulsada por un ciclo global) completó uno de sus períodos de mayor prosperidad.

El INEEd concluye que “El país se encuentra aún lejos de alcanzar la universalización de la educación media, tal como lo establece la ley, así como de alcanzar la meta de egreso del 75% para 2020 de acuerdo con las metas de la ANEP para el quinquenio”.

El sistema de la enseñanza, en lugar de funcionar como un igualador de oportunidades, en realidad opera como un congelador de situaciones sociales y económicas que exigen ser superadas.

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