Si no fuera porque su "modus operandi" se conoce desde sus tiempos en la intendencia, el ministro Arana se hubiera salido con la suya golpeándose el pecho, frunciendo el ceño y culpando a otros de las desgracias ajenas.

Pero tanto usó el recurso que ya le calzaron los puntos en el ministerio de Vivienda. Es lo que pasó cuando los frustrados adjudicatarios de viviendas del complejo de Zum Felde 2220 salieron a protestar y Arana, transido de solidaridad con ellos, se indignó por la "insensibilidad" de la empresa que no les entregaba las unidades a los reclamantes. Empero, la empresa en cuestión lo dejó en blanco al denunciar que el verdadero insensible es el ministro Arana que no paga las obras, razón por la cual no las entregan.

Esta vez a Arana le falló su clásico "yo no fui".