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Plata dulce

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Bienvenidos a la realidad. Desde hace diez años el Frente Amplio gobierna en tiempos de excepción económica, de vacas gordas y soja bien paga. Los precios internacionales de nuestros productos primarios volaban y los ingresos a las arcas públicas también.

Bienvenidos a la realidad. Desde hace diez años el Frente Amplio gobierna en tiempos de excepción económica, de vacas gordas y soja bien paga. Los precios internacionales de nuestros productos primarios volaban y los ingresos a las arcas públicas también.

Cuando el dinero circula el malhumor no existe y hay gobiernos que se dan el lujo de gastar sin control y sin pensar en el futuro, como pasó aquí. La economía se enfría y ahora que baja la espuma se empieza a ver lo que pasaba disimulado, en el medio del jolgorio. Fue tan irresponsable que Astori el serio, a no olvidar, decía que el déficit fiscal no era malo.

La discusión sobre la pauta salarial y el futuro debate presupuestal van a ser duros para el gobierno, porque sus aliados naturales, políticos y sindicales, le exigen de acuerdo a las expectativas que creó. El movimiento sindical se acostumbró a cogobernar. Diez años de poder absoluto del FA, con mayorías parlamentarias propias en tiempos de bonanzas sin comparación en el siglo y, sin embargo, apenas la economía pierde velocidad empiezan los problemas. Cierre de empresas, alza de precios y pérdida de salario.

El popular Mujica, que concentró todas sus fichas en el cancherismo político que le salió muy bien y fue tan aplaudido aquí y afuera, va a ser el responsable del peor gobierno del que se tenga recuerdo, porque pudo mucho y no hizo nada. Su gobierno fue el desgobierno. Mucho “boliche” y cero gestión. Un monumental clientelismo político, 33.000 funcionarios públicos más en cinco años, y otro tanto con Vázquez en el anterior gobierno del FA. ¿El funcionamiento del Estado mejoró? No. Pesa más el gasto público, hay que trabajar más para sostenerlo y el resultado es peor.

Las empresas públicas fueron un festín de impunidad política, pagada con plata del pueblo. Ahora Vázquez frena Antel Arena, sin embargo recibió el aplauso de todo el FA en su momento, Astori incluido, cuando desde la oposición lo criticamos. Los presidentes de Antel y Ancap, Cosse y Sendic, eran señores feudales que pagaron sus carreras políticas con las tarifas de los entes que dirigían y endeudando a las empresas. Se daban el gusto de fundir el ente o construir estadios para proyectarse. Sendic quiebra a Ancap y es vice, Cosse de farra con Antel Arena y es ministra, Calloia otorga avales truchos y Vázquez con Astori le dan la presidencia de la CND. Impunidad.

Baja la espuma económica y no queda nada, el populismo es así: efímero de cosas importantes. Empezaron en enero el ajuste fiscal con las tarifas y seguirá con la desindexación de la economía. El crecimiento social y económico se asegura con educación pública de calidad, con inversión en infraestructura y comunicaciones, y bajando costos improductivos. Austeros en serio, no para la tribuna. ¿10 millones de dólares de publicidad en Ancap le sirvieron a la gente, o le sirvieron a Sendic? ¿Esa plata era mejor ahí o en buenos salones de clase y caminería?

La fiesta no era interminable y el tiempo y la plata que se dilapidaron no volverán. Así como fueron los responsables de gastarla sin límite, que se hagan cargo. Arriba de plata dulce se montó la imagen de un gobierno popular. Es fácil gastar lo que no es de uno. Aquí y en el extranjero festejaban el chiste, la cancherea- da, la ordinariez. Como circulaba plata algunos se anestesiaron con eso. Ahora despiertan y se preguntan qué pasó. Nada pasó, nada.

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Javier García

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