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Piturrojos

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El aporte de una profesora -llamada Silvana Pera- a la enseñanza de alumnos de 6º grado de primaria, hecho libro (editorial Índice), constituye uno de los aportes científicos más relevantes, de la historia nacional contemporánea.

El aporte de una profesora -llamada Silvana Pera- a la enseñanza de alumnos de 6º grado de primaria, hecho libro (editorial Índice), constituye uno de los aportes científicos más relevantes, de la historia nacional contemporánea.

Es imbatible para promover la confusión conceptual de los niños que accedan a su conocimiento. Ahora, frente a la lucha de facciones oficialistas que hay en nuestra enseñanza pública, que encuentra a un nuevo José Pedro Varela de un lado y del otro a barras bravas sindicales, todos oficialistas, dedicados a derrotar al capitalismo universal, la engañifa de la tal “profesora” es insignificante.

Seguidamente se alegará por la verdad histórica pitufiana. En base a datos logrados secretamente, gracias al imperialismo, el oro yanqui, la oligarquía, la CIA, Donald Trump, Batman y Robin, llegó la hora de decir la verdad sobre quiénes son realmente estos pequeños personajes de cuerpo celeste y gorro frigio. Lo que nunca pudo pensar su creador el belga que les dio a luz en 1958, es que podrían ejemplificar en la docencia uruguaya en 2017, al edén comunista.

Los pitufos verdaderos son rojos. Los celestes que la gente ha visto hasta ahora, lamentamos tener que revelarlo: son un montaje, están pintados. Nuestra profesora (?) Pera ha sido inducida a error. Cree que los pitufos son celestes como algunos patos (hoy patos ricos gracias a los “negocios” con el comunismo bolivariano y las andanzas del fallido premio Nobel).

La verdad es que los pitufos son naturalmente rojos. Vivían desde la Edad media en un bosque. Elegían cada tanto a quienes les dirigían y se preocupaban de una buena educación para los pitufitos, para que superándose contribuyeran al bien común. Hete aquí que un día un grupito de pitufos resentidos empezó a conspirar. Se dijeron: “Tenemos que organizarnos y hacer que la vida y los bienes de los demás sean nuestros”. Así, robando y matando a todos los que querían seguir siendo libres, transformaron a los sobrevivientes en esclavos. Los obligaron a trabajar para ellos. A los que no les gustaba el cepo los tiraban en un calabozo o los usaban de tiro al blanco con un paredón de fondo. Los déspotas afirmaban que estaban construyendo el socialismo. Sus héroes eran criminales de renombre mundial con nombres raros como Lenin, Stalin, Hitler, o Mao.

Un día trascendió fuera de la tierra pitufiana la despótica realidad que comentamos. Entonces el grupito de pitufos dictadores socialistas planeó lo que se llama una operación de desinformación. Obligó a los súbditos a pintarse de celeste y les dieron un folleto a memorizar sobre lo que tenían que hacer y decir al público. Se encargaron así de salir ante la humanidad planetaria, por medio de películas y dibujitos animados. Estos son los pitufos celestes que conocemos. Simulando felicidad y calma alegre. Bajo el control de los jefes brutales que les acompañan. Sabiendo que si dicen la verdad, quienes mandan, también pintados de celeste, los tiran en un calabozo o los usan de tiro al blanco. La historia verdadera de los piturrojos -hoy celestes- hace cierta la versión de la “profesora” Pera. Los pitufos reales, viven encarcelados y empobrecidos, y son el vivo ejemplo de una sociedad comunista.

Parece que la versión de Pera se enseña solo ¡en algunos colegios privados! Resta pedir a Dios que nos cuide de nuestros amigos, que de los enemigos nos cuidamos solos.

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Ricardo Reilly Salaverri

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