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El presidente del directorio de la ANP, Alberto Díaz, informó que los planes para el futuro desarrollo del puerto incluyen “crecer hacia abajo” (Búsqueda del jueves pasado).

El presidente del directorio de la ANP, Alberto Díaz, informó que los planes para el futuro desarrollo del puerto incluyen “crecer hacia abajo” (Búsqueda del jueves pasado).

El nuevo horizonte para Montevideo sería profundizar las aguas adyacentes a los muelles tradicionales para poder recibir a los buques con una capacidad de carga cada vez más importante que atracan en ellos. La intención es refundar los muelles a una profundidad de -14 metros al cero. Ya existen tres muelles con fundaciones a esa profundidad: el Muelle C, el muelle de la Terminal de Gráneles Montevideo, y el sector nuevo del muelle de la terminal de contenedores de TCP. Los demás tienen sus fundaciones a -10,50 metros.

Es un homenaje a quienes construyeron el puerto de Montevideo, hace más de un siglo, que este haya funcionado con bastante comodidad con su profundidad de -10 metros hasta ahora. Sobre todo si consideramos la forma en que se acordó adoptar esa importante profundidad para las dársenas, el antepuerto y el canal de acceso al puerto.

Los proyectos para el nuevo puerto considerados a partir del año 1870, proponían profundidades menores.

El proyecto presentado en 1873 por el ingeniero inglés Tuson, previó la construcción de un nuevo puerto sobre la costa sur de la ciudad con una profundidad de -6,70 metros. El proyecto de la casa inglesa Cutbill Son & De Lungo tenía profundidades de entre -7,00/ -7,60 metros. En los años siguientes se recomendaron profundidades de entre -7,00 y -7,50 metros. La ley del 7 de noviembre de 1899 que aprobó el Plan General de Construcción de Obras para el nuevo puerto, estableció una profundidad de -7,50 metros “cuando menos” para las obras de dragado de apertura y de mantenimiento del canal de acceso, antepuerto y puerto.

Al considerar esas propuestas es importante recordar que el nivel medio del mar del puerto se encuentra a 0,91 centímetros por encima del Cero de las mareas. Ello significa que, por regla general, las aguas del puerto habrían tenido una profundidad de entre -8,00 y -8,50 metros, la que tenían muchos de los puertos importantes de la época. Al mismo tiempo, construir las fundaciones de las escolleras y muros del puerto teniendo en cuenta esas “mezquinas” profundidades, habría impedido dragar a mayores profundidades en el futuro.

La idea de darle al puerto una profundidad mayor que la proyectada ya existía en nuestro medio. Los estudios internacionales advertían acerca de la tendencia dominante en la industria naviera de poner en servicio buques cada vez más grandes. Faltaba cristalizar ese movimiento de opinión en una propuesta concreta.

El ingeniero alemán Ernesto Kummer, quien había sido contratado por el Estado como director general de la Oficina Técnica Administrativa encargada de dirigir las obras del puerto (que habían comenzado en 1901), propuso al Gobierno incrementar la profundidad de las aguas prevista originalmente a -10 metros, lo que hacía necesario llevar las fundaciones de las obras de infraestructura a entre 11 y 12 metros bajo el cero. Finalmente fueron construidas a -10,50 metros.

La propuesta fue aprobada por el Poder Ejecutivo en febrero de 1903.

El puerto fue inaugurado en 1909.

Mucho le tenemos que agradecer a Kummer y a los uruguayos de aquella época.

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Juan Oribe Stemmer

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