Mientras quede en un intercambio de insultos, no pasa nada. Que sigan tranquilos. Pero lo cierto es que dadas las personalidades del presidente de los Estados Unidos y del dictador de Corea del Norte, este mundo inseguro en que vivimos se ha transformado en muchísimo más inseguro. Trump y Kim Jong-un no se caracterizan, por lo menos en lo visto hasta ahora, por el respeto y la senstaez, sino por la arrogancia y el desprecio a todos. Ojalá prime la cordura y resuelvan, para empezar, callarse la boca.
LA CLAVE