La Clave
En un meritorio esfuerzo por empujar los límites del ridículo, el senador Bergara volvió a atacar a la ministra Arbeleche. Bergara se dijo dolido porque la ministra no recordó que su gobierno logró el grado inversor. Podríamos recordarle que eso fue posible gracias al esfuerzo de Batlle, pero sería caer en lo mismo. Lo importante, es que pese a la pandemia, la sequía, y al ninguneo machirulo de los Bergara, Vallcorba y compañía, las finanzas públicas están mucho mejor que en 2019.
Durante los últimos meses, toda la elite económica frenteamplista nos alertaba de la debacle de las cuentas públicas. Que el déficit se había descontrolado, que la rebaja de impuestos era un delito, que había carnaval electoral. Sin embargo, la decisión de Moody’s de elevar la calificiación de la deuda uruguaya, da por tierra con esa alarma. Queda claro que hay un sector de economistas sesentones frentistas a quienes rechina Arbeleche y eso les nubla la razón. ¿Por qué? Gran pregunta.
La denuncia contra Yamandú Orsi ha generado molestia entre dirigentes del FA. Bueno, entre casi todos. El tema es que como respuesta, y al tiempo en que dicen que todo esto es una ataque a la democracia ejemplar uruguaya, hacen cosas que la debilitan. Por ejemplo, azuzar una encuesta ridícula que dice que el 50% de los uruguayos cree que hay corrupción en el gobierno. O vincular a Presidencia con narcos. Como dice Fernando Pereira dos por tres: “No todo vale”
No hay explicación posible. La decisión de la bancada del Frente Amplio en pleno, de retirarse de sala en la Cámara de Diputados al momento de votar una declaración en contra del antisemitismo, es un hecho lamentable y sin justificación. Los dirigentes frentistas afirman que no estaban de acuerdo con algunos elementos de la declaración, sin explicar con cuáles. Al parecer, en ese partido hay cortapisas a la hora de manifestarse contra el racismo y el antisemitismo.
Cuando la activista Romina Papasso lanzó sus primeras denuncias contra el exsenador Penadés, muchos activistas y figuras relevantes del Frente Amplio aprovecharon para lanzar todo tipo de agravios y sospechas contra el Partido Nacional, y sus dirigentes. Ahora que el objeto de las denuncias de Papasso es un dirigente frentista, el cambio es notorio. Se habla de grandes conspiraciones, y se acusa a los medios de fogonear el tema. El cambio de visión es impactante.
La denuncia contra un funcionario del INAU por un rosario de irregularidades no es una más de las muchas que ocurren en el Estado. Porque el funcionario es nada menos que el hijo del líder histórico del gremio del INAU y del sindicato que aglutina a todos los funcionarios del Estado. Que, además, tiene a varios familiares más trabajando allí. Nadie es responsable por lo que hace un hijo, pero este tipo de ramificaciones familiares en organismos públicos de por sí es llamativo.
A nadie sorprende el nivel de delirio de una minoría de activistas feminazis, que se apropian de la genuina movilización popular del 8M. Pero que un puñado de estas delirantes haya empuñado las consigas del grupo Hamas, para atacar a Israel y a la comunidad judía local, es una vergüenza nacional. Hamas asesinó, violó y secuestró a cientos de mujeres israelíes. Hamas cree que las mujeres son seres humanos de segunda. ¿Y esta gente los elogia? ¿Se puede ser más ridículo?
Este enero, 201.000 pasajeros pasaron por el Aeropuerto de Carrasco, una cifra que es récord para el país, y está 6% por encima del número más alto de pasajeros antes de la pandemia. Incluso el país ya ha superado la cantidad de vuelos y frecuencias de su mejor momento histórico. Otra muestra del buen trabajo que ha hecho el gobierno en este tema estratégico, y al resultado de la concesión de Carrasco a una empresa privada, cosa que muchos en su momento criticaron.
“Empezó el verano y según Inumet y la Udelar será más lluvioso de lo normal”. Así titulaba La Diaria el pasado 22 de diciembre una extensa nota. Sin embargo, los datos actuales muestran que el clima estival estuvo completamente dentro de los cánones habituales. Nos hemos acostumbrado a dar demasiada importancia a los vaticinios meteorológicos. La realidad es que el clima sigue siendo, en buena medida, un misterio que la ciencia no termina de desentrañar del todo.
Las lluvias del pasado sábado, devolvieron a Montevideo las imágenes de calles anegadas, contenedores y autos flotantes, y gente nadando por la ciudad. Es la tercera o cuarta vez en pocos meses que se ven imágenes similares. Con una particularidad, esta vez ni siquiera llovió tanto sobre la capital. Apenas 35 mm según datos oficiales. La intendencia insiste en culpar al cambio climático y a factores externos. Algo que suena demasiado a excusa y a incapacidad.
En las últimas horas, las redes sociales y varios medios acusaron a Israel de provocar una nueva masacre en Gaza, al abrir fuego contra palestinos que buscaban llegar a convoyes con provisiones. Se acompañaba la denuncia con imágenes, pero que no mostraban nada del episodio. Con las horas se empezó a ver la otra versión. Las muertes se debieron a una estampida causada por el caos, no por los soldados israelíes. Otra prueba de que no todo es como lo pintan en ese conflicto.
La Suprema Corte de Justicia acaba de confirmar un fallo contra un grupo de agitadores que invadieron una sede judicial en 2013 para protestar contra el traslado de la entonces jueza Mariana Mota. La condena es razonable, no se puede permitir que un grupo de agitadores se sienta con derecho a avasallar al Poder Judicial. Pero ¿es lógico que una decisión de ese tipo demore 11 años? La justicia que tarda tanto, termina por no lograr ninguno de sus objetivos.