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Horizontales y líquidos

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Desde hace más de 20 años las relaciones humanas nos resultan cada vez más alejadas de lo que ocurría en nuestros tiempos primeros. Y en parte es así por los cambios en los medios de comunicación que hacen que todas las cosas evolucionen cada vez más rápido.

Desde hace más de 20 años las relaciones humanas nos resultan cada vez más alejadas de lo que ocurría en nuestros tiempos primeros. Y en parte es así por los cambios en los medios de comunicación que hacen que todas las cosas evolucionen cada vez más rápido.

Creer que ajustarse a las novedades es viable por adaptación espontánea es equivocado. Inteligencias universalmente respetadas, al analizar los hechos intentan explicaciones del porqué del proceso incontenible en que estamos insertos.

A lo largo de años de ejercicio de la abogacía vimos como en el escritorio -cita abreviada- se pasaba de la vieja máquina de escribir fija a la portátil, de esta a las máquinas eléctricas con memoria, luego a las computadoras, los “faxes” y las impresoras, hasta que surgió el “ge-mail” y, abreviando, se imponía lo que hay quienes llaman el dios de la vida contemporánea: Internet y Google. Las transformaciones están en todo el quehacer cotidiano (no pueden ignorarse temas como el cable, YouTube, Netflix, Facebook, Twitter, etc.) y fundamentan las nuevas realidades. Se asientan -además- en el uso de medios técnicos materiales que se reconvierten permanentemente como las “tablets” y los celulares.

Ubicando a la hora presente en el marco de la existencia humana y particularmente en el seno de Occidente que ha sido mascarón de proa de los cambios de la vida civilizada del Hombre en todos los órdenes, abundan opiniones. Evitando una lista larga se hará alusión a un trabajo de reciente aparición: La política en el siglo XXI. Arte, mito o ciencia, de los consultores políticos Jaime Durán Barba y Santiago Nieto (ed. Debate, Argentina, 2017) que es un trabajo serio, con sólida referencia a la evolución de la cultura y los hechos históricos de nuestra especie, pleno -por otra parte- de sugerencias y conclusiones para entender y actuar en la vida política contemporánea. En el caso de Durán Barba, ecuatoriano con larga experiencia en el área, su notoriedad actual está vinculada a su calidad de asesor del presidente de la República Argentina Ing. Mauricio Macri. Así como a sus afirmaciones controversiales y logros llamativamente exitosos, construidos sobre la demolición de muchos mitos de vigencia latinoamericana.

Solo aludiré a dos conceptos del enorme caudal que la obra citada contiene. El uno es el de la sociedad “horizontal” en la que vivimos. Va dicho en oposición a la idea vieja de la sociedad vertical en la que los padres mandaban a los hijos, los caudillos a sus pueblos, los sacerdotes a sus fieles, los escritores a sus lectores, los oradores brillantes a sus escuchas, etc. El caudal gigantesco de circunstancias tecnológicas que se citaron precedentemente hace que hoy cada ser humano hable diariamente con cientos o miles de otras personas, con información y opiniones de todo y de todos, y que las voces de orden de las jerarquías ayer establecidas que eran respetadas y acatadas carezcan de influencia. Es tan grande el intercambio, que cada uno es una opinión religiosa, política, ideológica, etc., por sí mismo y no atiende a quienes se supone le están por encima. Pasando -por otra parte- toda la información intercambiada a un rápido olvido. Esto hace a lo líquido. No hay ideas, ni verdades permanentes, lo que se conoce en la multitud de opiniones diarias se diluye pasado un rato.

La cita, necesariamente avara, apunta a la compulsa de una obra removedora que merece considerarse.

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Ricardo Reilly Salaverri

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