Todas las izquierdas tienen entre sus características constitutivas la preferencia por la economía planificada y la desconfianza en las espontaneidades del mercado. Eso hace suponer que el Frente Amplio tendría tanto los estudios como los equipos de técnicos preparados para ejecutar sus políticas económicas al asumir el gobierno. Propongo hacer un repaso, por ejemplo, de la política energética del Frente Amplio; allí veremos, con espanto, que ha reinado la improvisación y el descontrol.

Todas las izquierdas tienen entre sus características constitutivas la preferencia por la economía planificada y la desconfianza en las espontaneidades del mercado. Eso hace suponer que el Frente Amplio tendría tanto los estudios como los equipos de técnicos preparados para ejecutar sus políticas económicas al asumir el gobierno. Propongo hacer un repaso, por ejemplo, de la política energética del Frente Amplio; allí veremos, con espanto, que ha reinado la improvisación y el descontrol.

Los gobiernos anteriores, desde 1930 hasta los años setenta -que no fueron gobiernos imbuidos de una preferencia doctrinaria por la planificación económica- tuvieron una política energética basada en las represas hidroeléctricas. Después de la recuperación democrática y habiéndose agotado los ríos represables, los gobiernos diseñaron políticas energéticas dirigidas a la modificación del marco energético y a la distribución (electrificación rural).

El Frente Amplio llegó al gobierno y todo hacía pensar que tenían tanto planes completos como equipo humano necesario para ponerlos por obra. Pero la fama, como dice el cantor, es puro cuento, particularmente en el caso de esta versión uruguaya de la izquierda que tomó el gobierno. La planificación se ahogó en la improvisación.

Por un lado se comenzó a construir una central de ciclo combinado en el departamento de San José. La licitación y la adjudicación inauguraron el caos. A raíz de denuncias fundadas del diputado Gandini hubo que repetir el llamado porque estaba mal hecho. Los continuos paros fueron la contribución patriótica del Pit-Cnt para el atraso de la obra. El funcionamiento de esa planta es caro y todavía no está plenamente operativa.

En forma paralela se invertían millones en una segunda conexión eléctrica con Brasil a través de la frontera de Cerro Largo; salió más cara de lo previsto (la altura de las torres estuvo mal calculada) y después de concluida solo se ha usado una vez.

Simultáneamente se planificó y comenzó a ejecutarse una monumental planta regasificadora en el puerto de Montevideo para producir electricidad. Al mismo tiempo se concibió y empezó a desarrollarse por todo el territorio nacional un plan de energías renovables, sobre todo energía eólica.

Hoy hay más generación que lo que se consume, se ha tenido que tirar agua sin turbinar reservada en las represas, UTE le paga a los molinos de empresas privadas aunque no use toda la energía generada, no le permite a esos privados vender sus excedentes fuera de fronteras, el precio spot es cero, todavía hay en el puerto de Montevideo molinos sin armar y hubo que suspender las obras de la regasificadora después de enterrar en ella millones de dólares y con gastos oscuros que está inspeccionando una comisión investigadora del Parlamento (¡uno más para atender!).

Esta es una muestra (parcial) de la capacidad de planificación del Frente Amplio, partido que proclama las bondades de la planificación económica y las virtudes de la intervención del Estado en la economía.

El terreno de la política energética le abre al gobierno que sustituirá al actual la oportunidad de convertir al Uruguay en un país de energía abundante, limpia y barata, atractivo para la inversión nacional y para la extranjera genuina (no la atraída por regalías artificiales que se le niegan a los empresarios locales).Juan Martín Posadas, el futuro improvisado, frente Amplio, la fama, gobierno, equipo, Gandini, UTE, molinos, enfoques