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Espacio Fiscal II: El Regreso

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Las compañías de producción cinematográfica, cuando obtienen un gran éxito en alguna de sus obras, aprovechan y filman las llamadas “secuelas”: el mismo nombre pero distinguiéndolas con números romanos. Así con Batman, Superman, Duro de Matar y similares. En el Uruguay nos encontramos en situación similar en materia de gobierno, estamos a punto de asistir al estreno de “Espacio Fiscal ll”, drama (o comedia de humor negro) de la autoría de nuestro conocido director económico, Cr. Danilo Astori.

Las compañías de producción cinematográfica, cuando obtienen un gran éxito en alguna de sus obras, aprovechan y filman las llamadas “secuelas”: el mismo nombre pero distinguiéndolas con números romanos. Así con Batman, Superman, Duro de Matar y similares. En el Uruguay nos encontramos en situación similar en materia de gobierno, estamos a punto de asistir al estreno de “Espacio Fiscal ll”, drama (o comedia de humor negro) de la autoría de nuestro conocido director económico, Cr. Danilo Astori.

Este ciudadano, responsable principal de la conducción de la economía nacional, hace once años que hace y deshace en esa materia, imponiéndose cómodamente a presidentes y legisladores del FA y a muchos de los seguidores de esa corriente, en base a misteriosos pero eficaces poderes. Hoy se nos anuncia un nuevo estreno de la saga, y toda la población se prepara para sufrir sus consecuencias.
Cuando el notorio compatriota inventó el concepto de “espacio fiscal”, todos, o por lo menos los que traducimos el mismo al castellano básico, entendimos que el fisco, es decir el dinero de todos del que dispone el Estado, tenía un margen de superávit, un resto, un sobrante como para imputarlo a alguna otra obra no prevista o algún gasto digno de refuerzo. Pero no era así. Inquirido acerca de lo que el tal concepto significaba, nos dijo algo así como que las finanzas públicas “aguantaban” un poco más de déficit. Y así fue que nos embarcaron nuevamente en el Titanic.

Como no hay tiempo que no pase ni tiento que no se corte, vino la “malaria”, se vio venir y los baqueanos serios lo avisaron, lo publicaron, lo gritaron. De los tres emblemáticos monitos, el que se tapaba los oídos siguió en ello, el que no quería ver ídem. Eso sí, el que debió callarse no lo hizo y proclamó las bondades de lo que se hacía en aquel momento y -sobre todo- en el de la elección. Hay que recordar la firmeza con la que el Contador repetía que la situación era sólida, y rememorar también lo que el Dr. Vázquez repetía acerca de que no se aumentaría la carga tributaria. Interpelados por la oposición, se mantuvieron en sus trece, aferrados al mástil del navío que hacía agua.

Como por arte de magia, apenas conocido el resultado electoral, se quejó el presidente electo de que la cosa estaba mucho peor de lo que le habían dicho. Siendo el ilustre compatriota experto en cáncer (no económico), parece haber confiado en el Contador que, o no sabía o lo cuenteó. No vale lo del entorno o lo de Brasil o lo de Cochinchina. La cosa venía de nalga, con gasto desaforado, sin inversiones y ni una previsión para los infaltables días malos que, desde que el mundo es mundo, vuelven.

Esta versión del socialismo criollo inventó el impuesto a los sueldos y las jubilaciones, no muy propio de esa manera de pensar. Pobló la administración de miles de nuevos funcionarios e inventó 300 cargos de confianza para mantener a los legionarios. Borró la obra pública, eliminó del Presupuesto al Poder Judicial, y practicó el socialismo, ese sí “siglo XXl”, de emular a Pdevsa, con nuestra Ancap, volando por Pluna y negociando con Venezuela. Hoy hay que inventar “espacio fiscal” aumentando impuestos y recortando. Esta teoría económica se basa en que la capacidad contributiva es ilimitada y, por ende, ¡a recaudar!.

El Espacio Fiscal ll se concreta en postergar 793 millones destinados a la educación, la cual parece estar, a ojos del Contador, en condiciones de soportar ese recorte. Ídem con 500 millones de la Universidad, 350 de ASSE y 200 de INAU. Como se ve, no hay remedios, se mueren pacientes en la puerta de los hospitales, salen a robar y matar los que ayer lo hicieron, pero no importa. La investigación y la innovación pueden esperar, las ciencias básicas también. El Hospital de Clínicas que se cae a pedazos, el dragado del río Uruguay, poca importancia. Si hubiera que sintetizar diríamos que poco a poco todo el sistema tributario se reducirá a dos ventanillas: la de cobrar y la de pagar sueldos. Obras de trascendencia: cero.

Hace once años que el FA tiene en sus manos todo el poder político constitucional del país. Diez de ellos transcurrieron en la abundancia, en la bonanza económica mundial. Deben de dar cuenta de qué hicieron y qué no hicieron. De qué justicia social se ocuparon. El responsable único es el Contador Astori quien convenció a dos presidentes y a un centenar de legisladores. Persiguieron a la clase media a la que el perverso sistema de impuestos le hace desear que no le aumenten el sueldo, no sea cosa que paguen más aún. A la actividad privada le regalan la energía más cara de América porque usan los precios para recaudar a espaldas del Parlamento. Eso sí, el Contador, muy serio, señala que no deben ingresar más funcionarios públicos. Solamente fueron 60.000 en diez años... De la renuncia de los de confianza, niente...

En medio de esta catástrofe que se llama desempleo, falta de inversión y pobreza, con el déficit mayor que el de 2005, con la inflación al 10%, y los creadores de riqueza con los brazos caídos, el sector del Cr. Astori festeja el aniversario de su grupo proclamando la izquierda nacional y popular y con murga. Apropiado..

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Luis Alberto Lacalle

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