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Once años de Astori

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El pasado 1° de marzo se cumplieron once años de gobierno del Frente Amplio, episodio de singular importancia. Efectivamente, es la primera vez que una agrupación política es elegida para gobernar tres períodos seguidos. En todas ha obtenido la mayoría absoluta en el parlamento y, además, ha presidido los destinos nacionales durante una época excepcional en materia de condiciones económicas. Se trata de una coalición de fuerzas que se denomina progresista y aun revolucionaria, con frecuentes acciones que pretenden encaminar al país hacia el socialismo y que practican la lucha de clases. Como se ve, una receta tan conocida como antigua.

La doble presidencia del Dr. Vázquez agrega otra peculiaridad similar pues solamente el Dr. Sanguinetti, en nuestra época, ha tenido similar honor. En medio de ambas, el período del Sr. Mujica que ya se sabe que ha sido uno de los peores presidentes que ha tenido el Uruguay. La composición de la coalición debe ser materia de recuerdo y análisis, t

El pasado 1° de marzo se cumplieron once años de gobierno del Frente Amplio, episodio de singular importancia. Efectivamente, es la primera vez que una agrupación política es elegida para gobernar tres períodos seguidos. En todas ha obtenido la mayoría absoluta en el parlamento y, además, ha presidido los destinos nacionales durante una época excepcional en materia de condiciones económicas. Se trata de una coalición de fuerzas que se denomina progresista y aun revolucionaria, con frecuentes acciones que pretenden encaminar al país hacia el socialismo y que practican la lucha de clases. Como se ve, una receta tan conocida como antigua.

La doble presidencia del Dr. Vázquez agrega otra peculiaridad similar pues solamente el Dr. Sanguinetti, en nuestra época, ha tenido similar honor. En medio de ambas, el período del Sr. Mujica que ya se sabe que ha sido uno de los peores presidentes que ha tenido el Uruguay. La composición de la coalición debe ser materia de recuerdo y análisis, toda vez que son muy tenues los comunes denominadores que la mantienen unida y cada vez más notorias, las opiniones contrarias y enfrentadas en materia de los principales problemas de la nación. ¿Es el FA de hoy el mismo que nació en 1968?, seguramente que no y el propio general Seregni, cuya figura se extraña, no reconocerá a la criatura que ayudó a nacer hace tanto tiempo. ¿Es el FA el mismo que ganó en el 2004? Por supuesto que no. Pues el paso por el poder ejerce siempre su influencia. ¿Son los mismos los dirigentes que lo conducen?, Sí, casi todos los que tienen poder real, los que deciden, son los mismos.

Puede decirse sin exageración que en todos los sectores se trata de las mismas personas, los mismos moldes ideológicos, los mismos métodos, los mismos ángulos de análisis de la realidad. Basta recordar las figuras que han integrado los gabinetes sucesivos, para advertirlo. A riesgo de olvidar alguno, digamos que los ministros “repetidores” son muchos. En materia de ministros, Rossi, Aguerre, Bonomi, Arismendi, Muñoz, Astori, han ocupado carteras en más de una administración.

Sin lugar a duda por méritos técnicos y personales, pero no por buenas gestiones. No exageramos si decimos que la gestión de Tabaré Aguerre es de las peores que se recuerdan en el MGAP, desde el cual no defendió nunca al agro ante el azote fiscal que se ha descargado sobre los productores, demoró las exportaciones en pie, impulsó los negocios con Venezuela y no luchó por un combustible acorde con el precio del petróleo.

La ministra Arismendi ha convertido el Mides en una oficina política donde es exorbitante el costo de la administración y no se exigen contrapartidas en educación o salud a los que reciben auxilio. De Bonomi hablan los hechos, con tremenda rotundidad…

Hay sin embargo un personaje mucho más importante, más importante que Vázquez y que Mujica, en función del poder que ha tenido durante los once años. El lector ya adivinó. Se trata del Cr. Danilo Astori. Pocas veces en la historia del Uruguay una persona ha concentrado tanto poder, ha podido influenciar de mayor manera los acontecimientos, ha tenido la posibilidad de cambiar el rumbo de nuestra sociedad. Pocas veces se ha perdido esa oportunidad co-mo en el caso que nos ocupa. Los economistas tienen, en nuestro tiempo, una enorme influencia sobre los políticos, sobre los gobernantes. Quizás porque su ciencia está expresada en palabras de uso infrecuente, quizás porque no es una ciencia exacta, lo cierto es que ejercen sobre candidatos y gobernantes una influencia determinante en el camino de las gestiones políticas. Es el caso del Cr. Astori. Primero como gran atractivo de la candidatura inicial del Dr. Váz-quez, cuando seguramente convenció a más de un votante. Luego como vicepresiden-te encargado -palabras del Sr. Mujica- de dirigir lo económico ante la falta notoria de conocimientos del dicente. Ahora nuevamente en el timón del MEF. Por sus frutos los conoceréis dice el Evangelio y en este caso es lapidario el juicio sobre la gestión de este hombre que durante once años hizo y deshizo o dejó hacer y deshacer en el gobierno del Uruguay. Al cumplirse el undécimo año, las cifras son todas malas. La inflación acercándose al 10 por ciento; el déficit en su guarismo más alto desde 2002; los impuestos insoportables; el combustible en ascenso mientras baja el petróleo; el gasto público alto; el Poder Judicial castigado sin recursos, y un largo etcétera. Se dirá que no se puede inculpar a una sola persona, con algo de razón. Pero si alguien podía haber cambiado el rumbo, ese era el Cr. Astori. No lo hizo, calló a la hora de hablar, no ejerció su poder a la hora del deber. A mucho poder, mucha responsabilidad. Está a tiempo de achicar el desastre y entregar al próximo gobierno un país un poco menos mal de lo que está. No será fácil. Ya no es cuesta abajo y con viento a favor. Cuando repartir dinero era fácil. Ahora hay que enfrentar a un Pit-Cnt al que todo se le concedió, compensar a unas FFAA a las que se pauperizó pero a las que se les exigen tareas extras, y considerar presupuestalmente a un Poder Judicial que no puede ejercer su fundamental tarea por ahogo monetario. El tiempo lo dirá...

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Luis Alberto Lacalle

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