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El triunfo en municipios importantes

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El resonante éxito de la Concertación en los municipio CH y E de Montevideo debe ser destacado como uno de los puntos más altos de la jornada electoral del domingo.

El Municipio CH abarca los barrios de Tres Cruces, parte de La Blanqueada, Parque Batlle, Villa Dolores, parte de Buceo, Pocitos y Punta Carretas. Allí será Alcalde el dirigente nacionalista de Montevideo, Andrés Abt. El Municipio E comprende los barrios de la Unión, Malvín, Las Canteras, Carrasco, Carrasco Norte, Punta Gorda, también parte de Buceo y La Blanqueada, y allí será Alcalde el dirigente nacionalista Francisco Platero.

El diagrama que había ideado en 2010 el Frente Amplio para estos municipios intentó sumar barrios en los que la izquierda sabía que podía llegar a no votar muy bien atendiendo a sus antecedentes electorales, con otros barrios en los que sí sabía que su votación era hegemónica, para ganarlos a todos. Como pasa muchas veces con estos experimentos de laboratorio electoral, 5 años más tarde los resultados terminaron siendo adversos para estos aprendices de brujo.

Lo que ocurrió fue que apoyándose en los barrios en los que recibió mayor votación, el Partido Nacional terminó ganando autoridad política en barrios en los que nunca ha sido mayoría en estos años. Para el próximo quinquenio podrá demostrar en Carrasco Norte o en La Blanqueada, por ejemplo, que se puede administrar bien los recursos públicos y brindar mejores servicios municipales.

La clave es entender que estos municipios no son marginales en el entramado montevideano. Si se los considera en conjunto, en ellos habitan más de 300.000 ciudadanos. Eso representa más población que la que vive en departamentos importantes del país, como Paysandú y Salto por ejemplo. Pero sobre todo, son municipios muy urbanos. De golpe, el Partido Nacional a través de la Concertación está frente a un desafío histórico y enorme: mostrar a los montevideanos que es capaz de gobernar mejor que el Frente Amplio amplias zonas muy importantes de la capital.

Es un desafío histórico, porque hacía más de medio siglo que el Partido Nacional no lograba ganar en Montevideo. Los blancos no tuvieron en todas estas décadas dificultades para ganar en los departamentos más rurales del país, allí en donde no hay mucha densidad poblacional, como pueden ser Durazno o Tacuarembó por ejemplo. Pero su triunfo había sido en todo este tiempo muy esquivo en circunscripciones donde predominaban las culturas urbanas, y en particular la más importante de todas ellas, la de Montevideo.

Es un desafío enorme, porque el Partido Nacional podrá a partir de estos municipios mostrar su capacidad de gestión en la primera línea de gobierno a un electorado que, de forma general y desde 1989, había preferido siempre al Frente Amplio.

En este sentido, a nadie escapa que no tiene la misma responsabilidad un intendente que un alcalde, y que tanto Abt como Platero deberán establecer vínculos particulares con el gobierno frenteamplista de 18 de Julio y Ejido para asegurarse una mejor gestión.

Sin embargo, el planteo que desde ya ha hecho el presidente Vázquez de definir mayores responsabilidades presupuestales para los municipios es una buena noticia para las autoridades recientemente electas del CH y del E de Montevideo.

Se abre allí una ventana de oportunidades para que el Partido Nacional en la capital batalle por una descentralización administrativa y presupuestal, gane en autonomía, y logre demostrar que es capaz de gestionar bien esas zonas de Montevideo. En este sentido, el desafío mayor no es conservar su mayoría en los barrios en los que ya cuenta con cierta ventaja, como Pocitos o Punta Gorda. El desafío es sobre todo, ser capaz de fijar políticas municipales que demuestren a los habitantes de barrios menos acomodados como La Blanqueada o la Unión, que la gestión de un gobierno de signo nacionalista es más eficiente que uno frenteamplista para dar mejores servicios públicos y llegar con mejores políticas sociales.

El triunfo en Maldonado marcó un resultado importante, porque allí el Partido Nacional fue capaz de recuperar la intendencia. Se trata de un departamento económicamente pujante y que hace más de 10 años que recibe una inmigración interna masiva. Por su lado los triunfos en el CH y en el E de Montevideo se destacan como un excelente resultado de la estrategia de conjunción de esfuerzos electorales con la que se ideó la Concertación en Montevideo.

Se abre un tiempo nuevo en la capital. Bienvenido.

Editorial

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