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Terror en las calles

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Con buenos reflejos, el Frente Amplio agarró al vuelo una de las frases del senador Bordaberry para de inmediato cambiar el eje de la discusión. Y lo peor es que en buena medida logró su objetivo.

En vez de seguir la atención enfocada en el grave problema que aflige a la sociedad uruguaya TODA, que es el de la temible escalada de la violencia, el oficialismo pasó a rasgarse las vestiduras por las palabras de Pedro Bordaberry, acusándolo de desestabilizador de la democracia.

El legislador pretende interpelar al ministro del Interior y provocar una moción de censura, aunque ya se sabe que en estos gobiernos frentistas que gozan de mayorías en el Parlamento, nunca, jamás, ha prosperado ninguna de estas propuestas. Por lo tanto, por más que la situación lo amerite, ya que Bonomi es el responsable último en los asuntos de la seguridad, o mejor dicho, de la creciente inseguridad, lo dicho por Bordaberry tiene mucho más de expresión de deseos que de visos de realidad.

En un programa periodístico de televisión, el legislador se explayó sobre su intención, explicando que si en la interpelación en el Senado, cuya convocatoria se logra por mayoría simple, ocurriera la desaprobación (más que difícil porque se necesitan votos del FA para llegar a los tres quintos de la Asamblea General), el Presidente le pide la renuncia o lo mantiene, y de ocurrir esto último, se llama a elecciones parlamentarias anticipadas.

Por más que se trate de un proceso institucional, la sola mención del hecho incendió rápidamente la hoguera. Conspicuas figuras del partido gobernante aprovecharon esta excelente oportunidad para desviar el debate y pusieron el grito en cielo por las manifestaciones "golpistas" del senador. Por supuesto, aparecieron las asociaciones con su padre; surgieron ubicuos carteles con la cara de ambos, y el nuevo presidente del Frente Amplio, Javier Miranda, habló en una improvisada conferencia de prensa en la que, al mejor estilo kirchnerista, no se permitieron preguntas. Allí se convocó a proteger la institucionalidad democrática y republicana mientras se fustigaba, de paso, a los líderes opositores como los senadores Lacalle Pou y Larrañaga que critican las políticas de seguridad y al titular de la cartera. No faltaron tampoco los que agitaran temores de oscuras estrategias para acortar mandatos. Preocupación que puede tener más de uno, luego de los sacudones políticos como el ocurrido en Brasil o los cambios de situación en varios países de América del Sur, desde el cambio de gobierno en Argentina, al triunfo del "No" en Colombia, y los cuestionamientos internacionales cada vez más duros al régimen venezolano.

Bordaberry habrá pecado de ingenuo al hacer aseveraciones que de seguro iban a dar pie al oficialismo para reponerse y golpear. Sobre todo cuando han quedado notoriamente descolocados, ya que es muy grande el descontento de la sociedad frente a la incapacidad que muestra este gobierno para cumplir con uno de sus deberes primordiales, el de velar por la tranquilidad de la sociedad. Pero lo que es una verdad que nadie puede discutir, es que el aumento de la violencia y la indefensión de los ciudadanos ha llegado a límites insoportables.

Y no se trata de una sensación ni se arregla citando estadísticas de acuerdo a las cuales nuestro país es mucho más seguro que otros del continente. Lo que importa es compararnos con nosotros mismos. Como ejemplo, basta darle una mirada a una tétrica descripción de Leonardo Haberkon en la web. El sábado 24, River Cerpa, que llevaba de paseo a sus nietos, fue interceptado por unos delincuentes para robarle la moto, y a pesar de que Cerpa se las entregó mansamente (consejo de Bonomi) lo mataron ahí mismo de un tiro en la cabeza. Al otro día, unos vecinos de Sayago encontraron unos cuerpos quemados que habían sido llevados hasta las vías del tren en Sayago. Ese mismo domingo, una señora fue asaltada y arrastrada por el piso por seis menores de entre 11 y 14 años. La llamaron para que se presentara en el Juzgado a las 10:30 de la mañana siguiente, y cuando llegó le dijeron que la audiencia había sido a las 10 y como ella no estaba presente, los habían liberado. Su relato salió en nuestra página de lectores.

El lunes 26, uno de los dueños de una distribuidora de cosméticos fue asesinado en el interior de su comercio. El martes 27 fueron procesados tres sicarios por el asesinato de dos jóvenes que habían desaparecido hacía nueve meses y que fueron encontrados descuartizados y quemados. El sábado pasado murió por un tiro a quemarropa Heriberto Prati (56) en un acto de noble valentía: por tratar de proteger a una amiga de un asalto.

EDITORIAL

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