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El verdadero problema

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El rector de la Universidad de la República (Udelar) expresó, "visiblemente molesto" según la crónica periodística, su desacuerdo con una reciente evaluación de la empresa QS que ubica a esa institución en la misma posición de su tabla de las mejores universidades latinoamericanas, que una privada, la Universidad de Montevideo.

La empresa QS publica una tabla o ranking mundial de las mejores universidades y otras regionales o temáticas. Esas tablas no siempre son publicadas en el mismo momento. Como resultado pueden existir ciertas discrepancias. Así, la Udelar se encuentra en la posición 701 de su Tabla Mundial (2014/2015) y en la posición 56 de la recientemente publicada Tabla de América Latina (2015/2016). La Universidad de Montevideo figura en la posición 651 de la primera Tabla y en la 56 de la segunda. La Universidad ORT se encuentra en la posición 81 de esta última tabla y la Universidad Católica del Uruguay en la posición 88.

En la presentación de la ExpoEduca 2015, el rector de la Udelar opinó que ubicar su institución en la misma posición que la Universidad de Montevideo, le caía "como un error de cálculo del que lo hizo. En qué lugar estamos no sé, pero las diferencias son notorias".

Es indudable que, como dijo el Rector, "En Uruguay hay una universidad pública, grandísima, y algunas más". La cantidad de estudiantes en cursos universitarios de grado es de 151.809 estudiantes (2013). Los principales institutos incluyen a la Udelar (139.941 estudiantes) y varias instituciones universitarias privadas (éstas suman 20.816 estudiantes). El rector también explicó que la Udelar brinda 95 carreras de grado, 44 carreras tecnológicas y técnicas, 150 diplomas de especialización, 78 programas de maestrías, 31 de doctorados y decenas de cursos de formación permanente.

Pero, esa concentración en un solo instituto ¿es buena para nuestro país?

Las afirmaciones del rector merecen tres comentarios.

El primero es que la empresa QS evalúa la calidad de las universidades no mide su tamaño. Con aquel propósito utiliza un conjunto de criterios cuya finalidad es estimar lo cualitativo y no lo cuantitativo.

El segundo es que no es correcto deducir que más grande siempre es mejor.

Y tercero, que no es cierto que una universidad con una mayor cantidad de alumnos, necesariamente impartirá una mejor educación, o investigará mejor, que una con menos estudiantes.

Las tres universidades que ocupan el primer lugar de la tabla mundial elaborada por QS son el Massachusetts Institute of Technology (MIT), en los Estados Unidos y la Universidad de Cambridge y el Imperial College, en la Gran Bretaña. El primero tiene 11.319 estudiantes, el segundo 19.938 estudiantes y el tercero 14.735 estudiantes (2013).

Podemos tomar otro ejemplo más próximo a nuestra situación. Nueva Zelanda. Un país en la periferia del planeta y dependiente en gran medida de la agricultura.

Ese país tiene 4,4 millones de habitantes, está ubicado en el lugar 7 del Índice de Desarrollo Humano y cuenta con siete universidades. Todas ellas figuran en la tabla mundial de mejores universidades elaborada por QS. Las tres mejor calificadas son la Universidad de Auckland (posición 92); Universidad de Otago (159); y Universidad de Canterbury (242). La cantidad de estudiantes de esos institutos es, respectivamente: 33.468 estudiantes, 18.830 estudiantes y 11.943 estudiantes.

Es cierto que es posible encontrar universidades con gran cantidad de alumnos y bien ubicadas entre las mejores de la tabla mundial. Tal es el caso de la Universidad de Sao Paulo (más de noventa mil estudiantes en 2014) que ocupa el lugar 132 de la tabla mundial y el primero de la tabla latinoamericana. Pero es perfectamente posible tener muy buenas universidades con dimensiones más razonables.

El tercer comentario es que llama la atención que lo que más parecería preocupar al rector de la Udelar es que ubiquen a su instituto en el mismo puesto de la tabla latinoamericana, que una universidad privada.

Pero, el verdadero problema planteado por las tablas de QS es más grave: es que las evaluaciones relegan a la Udelar a posiciones muy pobres, tanto en la tabla mundial de las mejores universidades (lugar 701), como en la tabla regional (lugar 56). Esta debería ser la principal preocupación para el rector y, también, para nuestro país.

Por algo Nueva Zelanda se encuentra en el séptimo lugar del Índice de Desarrollo Humano y nosotros en el lugar 50.

EDITORIAL

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