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Petinatti habla en serio

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El popular personaje radial dejó por un rato las bromas y pintó un panorama del Uruguay de hoy que es tan doloroso como certero. Aunque algunos pretendan ningunearlo.

Es el conductor del programa radial más escuchado desde hace décadas. Ha sabido conectar como pocos comunicadores con los sectores más humildes de la sociedad. Su estilo irreverente, a veces al filo de lo políticamente correcto, le ha valido críticas y ninguneos. Todo lo cual se ha potenciado en los últimos años cuando el blanco de sus ironías ha pasado a ser, como es lógico, los gobiernos del Frente Amplio. Esto, sumado a su origen judío, ha sido suficiente para que el establishment intelectualoide "progre" lo ponga al tope de su lista negra.

Sin embargo, una entrevista en el semanario Voces ha revelado que Freddy Nieuchowicz, el verdadero ciudadano uruguayo detrás del personaje del licenciado Orlando Petinatti, tiene mucha cosa en serio para decir sobre la sociedad en la que vive. En la que vivimos todos. Y vale la pena dejar de lado los prejuicios y dogmatismos para escuchar algunos de sus conceptos.

—"De qué me sirve ser exitoso y que me vaya bien en la vida si voy a salir a la noche y aparecen cuatro tipos encapuchados robando un restorán y quizás matándome. De qué me sirve ser exitoso si me levanto a la mañana y veo que un pibe de dieciséis años se muere por defender a la madre. Acá lo que falta es ponerse en el lugar del otro".

—"Generé un revuelo cuando me puse a hablar de la chica que murió en la fábrica de pastas un domingo. Yo no soy operador de nadie, tengo sentido común y soy un ser humano: un domingo a las dos de la tarde, vas a la fábrica de pastas y terminás muerta. Y lo permitimos, porque siguió pasando. En una Pasiva, en una estación de nafta, en un estacionamiento de un shopping. Sigue pasando, y todo el mundo mira para el otro lado, y la gente cacerolea cuando habla Tabaré. ¿De qué sirve?".

—"¿Este es el país que quiero para mi hija? ¿Este es el país que quiere el lector para sus hijos? ¿Ver gente en la calle? ¿Ver la ciudad mugrienta? Mirá lo que te voy a contar: tuve la suerte de ir a Israel con mi hija de cinco años, ¿y sabés lo que me preguntó? Papá, ¿por qué no hay basura en la calle? No me preguntó por qué estaban limpias las calles, me preguntó que por qué no había basura. Para ella lo normal es ver basura en las calles. No me olvido más".

—"¿Sabés cuántas veces pienso que estamos en el 2017 y que hay gente que en su casa no tiene resueltas las necesidades básicas, y que no tiene saneamiento. Si yo fuera presidente, me daría vergüenza".

—"Si veo que uno insulta, y es estudiante de abogacía, pienso que ése, el día de mañana, puede llegar a ser ministro en la Suprema Corte, y me está diciendo judío de mierda. Otro que es estudiante de medicina y te dice: Bolso puto, gallina, chupa… Y este capaz que yo mañana me enfermo y me tiene que operar. Leo cosas y pienso que, si ya estamos mal con la gente que lamentablemente no tiene las necesidades básicas resueltas, aquellos que no solamente tienen resueltas las necesidades básicas y acceso a las redes sociales son peores, porque teniendo todo lo que tienen insultan y son más ignorantes que los pobres ignorantes".

—"Sería una buena experiencia que los jóvenes tuvieran que viajar en algún momento. Que la gente se dé cuenta que sale a la calle y no ve basura. Que sale a la calle y que hay policías y seguridad". Ante lo cual el entrevistador pregunta — "Depende, si los mandás a Siria… En el ranking mundial tan jodidos no estamos". Y Petinatti responde: "Bueno, ese es un pensamiento uruguayo, el compararte con los peores. Pero yo no me fijo en los peores, me fijo en los mejores".

Difícil encontrar más sentido común en la declaración de una figura pública en este 2017 uruguayo. Y poco común ver este nivel de valentía a la hora de decir cosas de parte de alguien que vive de comunicar y de caerle bien a la mayor cantidad de gente posible. Algunos podrán decir que es parte de esa responsabilidad ciudadana que tanto se ha perdido en el país.

Pero lo grave es la respuesta de otros. Porque esta entrevista fue recibida con una andanada de agravios e insultos por parte de ese mundillo seudo intelectual uruguayo al que no le gusta que le agiten las aguas ni le incomoden su pequeño universo donde de un lado están los buenos, y del otro, los malos. Donde lo que dice Petinatti es descartable porque es alguien que hace un tipo de humor que no le gusta, porque no se pliega a la mediocridad consagrada como lujo. Porque se anima a desafiar el canon de lo políticamente correcto. Porque es judío y no pide disculpas por serlo.

Ojalá más gente en su posición tomara el mismo camino.

EDITORIAL

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