La organización Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos solicita desde siempre la colaboración de quienes tengan datos sobre el destino final de los uruguayos víctimas de la represión en los años de plomo.

Reivindican "el elemental derecho de saber su paradero" y piden a todos aquellos que posean alguna información que la aporten "como un gesto de humanidad".

Aunque a más de 40 años de ocurridos los hechos el pedido de Madres y Familiares resulta conmovedor, su reclamo debería acompañarse con un detalle más preciso de los desaparecidos cuyos rastros se buscan. Sería conveniente aclarar si la lista incluye a compatriotas desaparecidos en nuestro país o fuera de él así como también si entre los buscados figuran extranjeros. Al respecto hay una confusión que no ayuda a la causa de esa organización pues la cifra de desaparecidos fue cambiando con el correr del tiempo.

Las propias autoridades contribuyen a embarullar las cuentas. Hasta hace un par de años la página oficial de la Secretaría de Derechos Humanos para el Pasado Reciente de Presidencia de la República cifraba en 26 los uruguayos desaparecidos en nuestro país. Agregaba además a 8 argentinos que sufrieron la misma suerte entre nosotros, por lo que se indicaba que el total de detenidos desaparecidos en Uruguay era de 34 personas. Se hablaba también de 127 uruguayos desaparecidos en Argentina y otros países.

Así, la noción de que los uruguayos desaparecidos en nuestro territorio eran treinta y tantos procede de allí, de fuente oficial. Empero, semanas atrás, a raíz de un despacho de una agencia noticiosa que recogió ese total de treinta y tantos desaparecidos, la citada Secretaría rectificó el número. Según dijo, "la cifra confirmada al día de hoy es de 192 personas detenidas desaparecidas", con lo cual quiso desmentir a quienes daban "una cifra equivocada sensiblemente menor a la declarada y reconocida anteriormente por el Estado, desconociendo así los avances logrados durante el proceso de búsqueda de verdad y justicia a la que el Estado debe continuar abocándose".

El comunicado de la Secretaría no hizo más que acrecentar las dudas sobre el número de uruguayos detenidos desaparecidos. ¿Son 26, 34, 153 o 192? ¿Cómo puede haber tanta diferencia? La respuesta es sencilla. Una cosa es hablar de "uruguayos detenidos desaparecidos en Uruguay" que en realidad son 26 según la propia Secretaría, y otra distinta es hablar genéricamente de "uruguayos detenidos desaparecidos" lo que incluye a compatriotas cuyas trazas se perdieron fuera de nuestras fronteras, ya sea en Argentina, Chile, Paraguay, Bolivia y Colombia.

Es innegable que existió un plan represivo más allá de nuestros límites geográficos y que hay testimonios que acreditan acciones de agentes uruguayos contra compatriotas radicados en el exterior, mayoritariamente en Argentina. Por tanto, está claro que hubo uruguayos desaparecidos fuera del país a causa de la dictadura uruguaya y que deben añadirse a la trágica lista. Empero, una ojeada a los informes de la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas (Conadep) de Argentina muestra que buena parte de los uruguayos desaparecidos en el país vecino estaban radicados allí, militaban en grupos políticos locales y organizaciones guerrilleras como Montoneros, y cayeron durante la cruel represión lanzada en los años 70 por la dictadura argentina.

Si bien es totalmente comprensible que sus familiares busquen sus restos e indaguen sobre su paradero fuera del Uruguay, equipararlos en bloque a los uruguayos desaparecidos en nuestro suelo parece un exceso que sólo puede explicarse por una intención de inflar los números como si el agregado de otros muertos a la lista tornara más graves y repudiables los crímenes perpetrados.

Además de censurable, esa tendencia a incrementar el saldo final de las víctimas no ayuda a Madres y Familiares. Cuando se trata de una tragedia de estas dimensiones jugar con los números —como ocurrió por ejemplo cuando se incluyó a 8 argentinos en la nómina— hace dudar de la seriedad con que se intenta reconstruir el pasado reciente. La Secretaría en cuestión y el propio gobierno deberían de una vez por todas clarificar las cifras que manejan en vez de insinuar, como hace el citado comunicado, que son "los avances" en la búsqueda los que han ido elevando el saldo final de uruguayos detenidos desaparecidos en nuestro país.

Más transparencia en asuntos tan delicados no vendría mal y serviría mejor a la causa de quienes tanto solicitan la colaboración de sus compatriotas.

EDITORIAL