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De nuevo problemas en la Utec

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La responsabilidad le cae aquí al gobierno, por supuesto. Pero también le cae a los partidos de la oposición que votaron su creación unánimemente en el Parlamento. Hay que evaluar qué es lo que se está haciendo con los dineros de los contribuyentes en esta Utec.

Pasan los años y se suman las noticias que muestran que el funcionamiento de la Universidad Tecnológica (Utec) deja mucho que desear. En diciembre de 2012, cuando se estaba procesando la decisión que terminó con la ley que creó la Utec, este editorial reflexionó y se preguntó: "es claro que la población no capitalina ha sido históricamente relegada en sus posibilidades de estudios terciarios. Pero, cuando sabemos que hoy nuestras dificultades mayores se encuentran en el abandono de los jóvenes de la educación secundaria, ¿estamos privilegiando a los más necesitados del interior del país promoviendo una inversión pública centrada en los estudios terciarios? Es claro que nadie puede negarse a multiplicar posibilidades educativas para el país, pero, en un contexto de recursos escasos, ¿no sería mejor al momento de votar por una nueva universidad púbica establecer claramente cuáles serán sus recursos y cuáles sus objetivos de mejora educativa?".

Luego, cuando a fines de 2013 renunció la integrante del Consejo Directivo Central provisorio de la Utec, María Antonia Grompone, salió a la luz pública que esa universidad se estaba transformando en un centro de acomodo estatal. En efecto, Grompone denunció que había asesores contratados por $ 135.000 al mes, lo que a ella le resultaba un escándalo moral. Por aquel entonces, este editorial señaló que "estas cifras son indignantes. Hay que recordar que maestros y profesores precisan por lo general del multiempleo para superar los $ 30.000 al mes; que el promedio de ingreso por hogar es de unos $ 40.000 mensuales; y que la mitad de los trabajadores percibe menos de $ 14.000 por mes". Con estos ingresos los asesores de la Utec estaban cobrando salarios que eran propios de investigadores de relevantes universidades europeas. Era el lujo de la miseria, cuando además, según Grompone, ni siquiera respondían en sus tareas a las directivas del Consejo.

Hace pocos meses, cuando se conoció mejor la actividad de la Utec en 2015, nuestras preguntas hechas en 2012 tuvieron una respuesta desesperanzadora. En efecto, cuando se sabe que hoy en día entre los jóvenes del Interior la proporción de quienes no terminan estudios secundarios sigue siendo prácticamente tres de cada cuatro, la Utec informó que gastó unos 14 millones de dólares para que en sus distintas sedes estudiaran tan solo 355 jóvenes en total. Por delante, y teniendo en cuenta que la Utec prevé invertir millones de pesos en un auditorio para la carrera de "Tecnólogo en Jazz y Música Creativa", de vuelta hay que plantear la siguiente interrogante elemental: en un contexto de apremios presupuestales que obligan a elegir bien las prioridades de gastos, ¿qué es más justo socialmente: invertir millones en un auditorio en Mercedes o, por ejemplo, abrir más y mejores opciones tecnológicas en estudios secundarios en los barrios populares del cinturón más pobre de Montevideo?

Infelizmente, las malas noticias con relación a la Utec no terminan aquí. La semana pasada el semanario Búsqueda informó que un grupo de profesores de esa universidad denunció en una comisión de Diputados diversas y graves irregularidades. Entre ellas, están las del amiguismo, la falta de transparencia al momento de asignar cargos, y los pagos de elevadísimos sueldos que, de confirmarse esas denuncias, implicarían por ejemplo, que el sueldo base de un director de la Utec sería prácticamente el doble del que recibe el máximo jerarca de la Universidad de la República. Todo un disparate.

Pero además, esos profesores también denunciaron que la Utec mal invirtió 200.000 dólares en la compra de un sistema de gestión académica en España cuyas características de funcionamiento no se adaptan a las necesidades reales de esa universidad.

Hay que evaluar seriamente qué es lo que realmente se está haciendo con los dineros de los contribuyentes en esta Utec.

La responsabilidad le cae aquí al gobierno, por supuesto. Pero también le cae a los partidos de la oposición, que votaron su creación unánimemente en el Parlamento.

Porque ya en 2012 era evidente que se estaba ante un proyecto que mostraba falencias graves; porque en estos años esas fallas han quedado claramente expuestas y dan vergüenza; y porque, si realmente quieren ser una real alternativa al gobierno del Frente Amplio, esos partidos deben hacerse cargo de sus iniciativas fallidas y reconocer sus gravísimos errores en un tema tan sensible como es el de la educación pública.

La opinión pública los está observando. Se juegan su credibilidad.

EDITORIAL

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