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EDITORIAL

El día siguiente del acto eleccionario, bastaba con observar las infografías de una Argentina coloreada según el desenlace de las diversas fórmulas, para darse cuenta de que Cambiemos, el partido de gobierno con sus diferentes aliados, hoy posee alcance nacional.

Primero fue la aparición del cuerpo, sin signos de violencia, del desaparecido artesano, Santiago Maldonado. Luego las elecciones legislativas el domingo pasado en Argentina, con un excelente resultado para Macri y su gobierno y a mediados de semana, Julio de Vido, el monje negro de los gobiernos Kirchner, tras las rejas.

Se trata de tres hechos de distinto orden que, sin embargo, se hallan en cierta forma encadenados. La importancia del primero fue ponerle punto final a una desgraciada historia, manipulada y distorsionada por una conjunción de intereses, hasta límites inverosímiles. Al punto de acceder hasta organismos internacionales como la CDHU de la UN, con la intención de desprestigiar al gobierno de Macri de la manera más agraviante posible, emparentándolo con los obscuros tiempos de la represión y las desapariciones de personas.

Los recientes comicios han demostrado lo mucho que creció el proyecto político de Macri, el PRO de los comienzos, del que se decía que solo era un partido sin proyección nacional, acotado solamente al territorio de la capital, donde efectivamente, Mauricio Macri empezó a ganar elecciones.

El día siguiente del acto eleccionario, bastaba con observar las infografías de una Argentina coloreada según el desenlace de las diversas fórmulas, para darse cuenta de que Cambiemos, el partido de gobierno con sus diferentes aliados, hoy posee un vasto alcance nacional que va de norte a sur. Y en provincia de Buenos Aires, la más importante desde el punto de vista electoral, el Cristinismo se sostiene en la zona de La Matanza. A pesar de que sea sorprendente que un personaje tan sospechado y acusado de corrupción, haya obtenido un 37%.

Para el crecimiento oficial, María Eugenia Vidal, aquella "Heidi" de la que se reía Lanata, antes de que se convirtiese en Gobernadora de ese inexpugnable bastión peronista, ha sido primordial. Y el gran mérito de Macri es haber sido capaz de aquilatar el admirable potencial que tenía esta joven mujer poseedora de una rara cualidad, que hoy se dedica con alma y vida a su misión política. En tiempos de tanto escepticismo respecto de los políticos, la Gobernadora se caracteriza por ser alguien que por sobre todo, inspira confianza. Una confianza que no disminuye luego con su accionar, sino que por el contrario, se robustece. Su arrastre proviene tanto de su imagen de honradez como de su olfato político que la ayuda a moverse con habilidad, permitiéndole adentrarse en los feudos peronistas sin levantar demasiadas resistencias ni provocar rechazo alguno entre la gente.

Por otra parte, el episodio De Vido es una bocanada de oxígeno en el enrarecido clima político argentino, siempre que no haya detrás alguna operación de "rescate legal" programada, al decir de una desconfiada Lilita Carrió. Inquietud fácilmente comprensible luego de verse cómo fue orquestada su ida a Comodoro Py, para que los periodistas no se le pudieran acercar ni sacarle fotografías con las esposas puestas.

La caída de este poderoso hombre que siempre pareció ser un intocable, demuestra que se está produciendo un cambio cultural en la vecina orilla. Un país riquísimo, tanto en recursos materiales como humanos, pero persistentemente robado por los que ocupan los más altos cargos. Y de ahí para abajo, ante la miope permisividad de una sociedad que se fue infectando con el mismo virus, consciente o inconscientemente. Con el 40,7% de los votos, el oficialismo creció 4 puntos frente a las PASO (internas). Ganó en 13 distritos y consiguió sumar 9 senadores y 21 diputados. Gran adelanto, aunque al no conseguir un diputado más, deberá seguir buscando votos entre la oposición para todas las reformas que pretende encarar.

La diferencia será que ahora se encuentra en una posición mucho más fuerte para negociar los proyectos que ayuden a llevar adelante a la nación, al lugar que debería ocupar la Argentina. Así lo hizo saber Macri en la conferencia de prensa del día siguiente (gran diferencia con la anterior presidenta), en un tono para nada triunfalista ni grandilocuente, pero que en cambio transmitía decisión y sinceridad. Con índices auspiciosos, como el crecimiento del empleo y de la producción industrial entre otros, que ponen de manifiesto que la ansiada recuperación se ha ido afirmando, aun cuando subsistan muchos problemas, el presidente piensa convocar a gobernadores, sindicalistas, legisladores y representantes de la justicia, para elaborar cambios en el área tributaria, en el de la educación, en la Procuración y en el sistema de votación, dejando atrás la antigua boleta de papel.

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