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Miranda en China

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Hace algunos meses, interrogado en televisión sobre la situación de Venezuela, el presidente del Frente Amplio nos regaló otra mirandada: no reconoció la verdad evidente que es que Venezuela sufre una dictadura.

El presidente del Frente Amplio viajó a China. Volvió maravillado con los avances económicos de ese país y habiendo perfeccionado el arte de la mirandada.

¿Qué es una mirandada? Su nombre proviene justamente de muchas declaraciones de Miranda, ya que es él quien mejor la conjuga. Una mirandada es una declaración de un dirigente frenteamplista que no admite la realidad evidente a los ojos de cualquiera. Por el contrario, miente sobre ella con cara de póquer.

Pongamos un ejemplo alejado de la vida política para describir bien el talante de la mirandada. Supongamos que Miranda va al zoológico y ve allí una jirafa. Al salir, interrogado por la prensa acerca de si efectivamente vio una jirafa, opta por responder una mirandada: dice que es cierto que vio un animal que tiene cuatro patas. Pero, muy serio, agrega que ese animal no vive en África y por tanto no es una jirafa. Ante tal declaración el interlocutor- periodista naturalmente queda absorto. Al rato, sin embargo, cae en la cuenta de lo obvio: a pesar de lo que haya dicho Miranda, la verdad es que lo que hay en el zoológico es una jirafa.

Con su visita a China el presidente del Frente Amplio nos regaló una lograda mirandada. Según narró la crónica del semanario Búsqueda, interrogado sobre si China es comunista, Miranda respondió que no lo es ya que hay allí empresas privadas. Pero, por otro lado, dijo que si se considera que el comunismo implica planificación de la economía, entonces sí lo es, ya que Pekín recurre a ella.

Escuchar la mirandada deja naturalmente un poco perplejo. Primero, porque es mentira que una planificación económica sea lo propio de una economía comunista: decenas de democracias liberales también han implementado esas políticas por décadas. Como en el caso de la jirafa, para describirla bien no alcanza con decir que tiene cuatro patas. Segundo, porque en realidad todo el mundo sabe que China sufre una dictadura comunista cuyas características son bien conocidas. Es irrelevante señalar que hay allí empresas privadas, cuando lo importante es que hay partido único (comunista), presos políticos, ningún respeto por las garantías y libertades individuales, y represión política y social-sindical muy documentadas. Como en el caso del zoológico, no importa que el animal no viva en África, porque que son otras las características sustanciales que sí lo describen como una jirafa.

Obviamente, la de China no es la primera mirandada. En su campaña por la presidencia del Frente Amplio, Miranda declaró que quería "menos jugadas de zancadilla solo por ganar el poder". Sin embargo, para promover su candidatura usó la amplia convocatoria que generó la llegada de Wilson Ferreira en junio de 1984. Así, la mirandada fue clara: lo cierto es que un frenteamplista no es un wilsonista, pero a la mirandada la verdad no le importa y entonces se permite convocar a votar a través de la figura de Ferreira.

Hace algunos meses, interrogado en televisión sobre la situación de Venezuela, el presidente del Frente Amplio nos regaló otra mirandada: no reconoció la verdad evidente que es que Venezuela sufre una dictadura. En vez de eso, invocó con seriedad las dificultades internas del Frente Amplio. Más cerca en el tiempo, declaró oponerse a la lógica de la barrabrava y la mentira en política. Pero esa idea terminó siendo otra mirandada, ya que cuando se supo que el secretario del Frente Amplio Reboledo había mentido durante años acerca de un título de sociólogo que en verdad nunca consiguió, en vez de sancionarlo políticamente, Miranda lo cobijó con cara de póquer a su lado (hasta viajaron juntos a China).

Un último ejemplo: en abril, comentando los datos de baja de la pobreza de 2016 y refiriéndose a las políticas previas a las del Frente Amplio en el gobierno, Miranda escribió otra mirandada. Para comparar lo que ocurre ahora con lo previo a 2005, tuiteó que el país pasó de "políticas que dejaban librado al azar el destino de la población más vulnerable, a políticas que incluyen e igualan oportunidades". Miranda no solo mintió con respecto a la historia de las amplias políticas sociales del país que abarcaron el período 1985-2005, sino que además se inventó una igualación de oportunidades que hoy en realidad no existe.

Alguien podrá quejarse del tono de este editorial alegando que el neologismo mirandada es una fiera burla a Miranda. La verdad es bien distinta: aquí simplemente se muestra cómo Miranda se burla periódica e impunemente de toda la ciudadanía cuando hace este tipo de declaraciones.

EDITORIAL

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