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Un desafío esencial

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El rector de la Universidad de la República dijo a El País que "Secundaria ha crecido muchísimo y creo que no estuvo acompasado con el crecimiento de la formación de los profesores.

Yo soy matemático y el porcentaje de los profesores de matemáticas que tiene una capacitación específica para ser profesores es bajísima, menos del 40%. Eso trae consecuencias naturales: uno no puede tener un sistema que enseña muy bien matemática si los que la enseñan tienen poca formación. Yo soy docente de ingeniería y noto diferencias en el ingreso, es un problema real". La falta de preparación de los estudiantes que ingresan a la Udelar, opinó, hace necesario realizar esfuerzos para "emparejar para arriba". Muchas facultades debieron alargar las carreras "porque la mitad de los estudiantes no llegan en condiciones de asimilar los conocimientos superiores que se pretenden".

En 2013, el decano de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República opinó que "Las condiciones en que llegan los estudiantes son diversas, nosotros enseñamos ciencias pero si le hablo de comprensión lectora es otro asunto. Yo creo que estamos frente a un problema con mayúscula, se comete un reduccionismo si se le echa la culpa a una sola asignatura". El estudio "Diagnóstico al ingreso en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República" (2013), comprobó que los valores porcentuales de suficiencia de los estudiantes que ingresaban habían sido de 3,5% en el caso de matemáticas; 23,7 % en física; y 23,6% en química. Esos valores eran muy inferiores a los de los estudiantes que habían ingresado en el año 2005. El porcentaje de suficiencia global de la prueba fue de 6,4% (había sido de 17,8% en 2005).

El sistema de la enseñanza no solamente se encuentra estancado respecto de las sociedades más avanzadas, las que deberían ser nuestro ejemplo de referencia para "igualar para arriba", sino también respecto de países de la región. Como ya se señaló, la proporción de jóvenes entre 15 y 17 años que lograron culminar nueve años de educación es de 88,3% en Chile, 72,9% en Argentina, 71,5% en Perú, 61,2% en Brasil y 48,5% en Uruguay.

La enseñanza universitaria puede ser considerada como el indicador clave de la calidad del sistema total de enseñanza de un país. Los estudiantes que llegan al nivel universitario pertenecen a una minoría que debería ser la mejor preparada para el estudio en nuestra sociedad. En nuestro país, aproximadamente el 18,6% (2011) de la población de más de 25 años tiene una educación terciaria incompleta o completa. En el caso de los países de la OCDE el promedio general (personas entre 25 y 64 años) es del 32%. Algunos países tienen niveles más elevados.

En el caso de Nueva Zelanda esa proporción es 40 % y en el de Finlandia es 38%.

No solamente una proporción comparativamente menor de nuestros jóvenes llega a la universidad (y lo hace con problemas de preparación), sino, además, la calidad de nuestra enseñanza de tercer nivel no es lo que debería ser.

El "World Ranking of Universities 2014-2015" evalúa más de tres mil universidades en todo el mundo y establece un orden de calidad de las mejores 400. Las primeras cinco son las tradicionales universidades anglosajonas: MIT, Cambridge, Imperial College Londres, Harvard y Oxford. En nuestra región, las universidades mejor ubicadas incluyeron a la Universidad de São Paulo (lugar 132), Pontificia Universidad Católica de Chile (167), Universidad Nacional Autónoma de México (175), Universidade Estadual de Campiñas (206) y la Universidad de Chile (220).

El estudio demuestra que países más pequeños igualmente pueden construir una sólida base de institutos universitarios.

Así, Finlandia tiene ocho universidades ubicadas entre las mejores 400 (incluyendo a la Universidad de Helsinki, en el lugar 67); Nueva Zelanda, tiene seis universidades (incluyendo la de Auckland, lugar 92), y Noruega tiene cinco universidades (incluyendo la de Oslo, lugar 101).

Esos resultados son el producto de políticas de largo plazo que se concentraron en desarrollar la totalidad del sistema de la enseñanza.

Aquellos países, sabiamente, han entendido que para conseguir su desarrollo económico y social necesitan invertir en la más valiosa de todas las materias primas de que pueda disponer cualquier sociedad: la materia gris de sus habitantes.

La Universidad de la República ocupa el lugar 651 en el ranking global y el puesto 96 en la tabla de las universidades latinoamericanas.

Editorial

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