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Sudacas for ever

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@|Sabemos que en todos los países del mundo siempre existe algún vivo, alguno que hace de las suyas y comete acciones ilegales, ya sea en el ámbito privado como en el público.

Coimas, arreglos, transas, favores, vueltos, licitaciones, etc. son y serán más o menos comunes en uno u otro punto del mundo.

Pero, aquí en el Río de la Plata la cosa parece no conocer límites.
En decenas, cientos y miles de lugares como entes autónomos, municipios, seccionales policiales, el gobiernos, sindicatos, etc. de nuestra vecina Argentina, estas acciones parecen no tener límite, ni fin.

Sabemos de la cantidad de funcionarios públicos, de la administración anterior que están presos; de los que están siendo juzgados, de los que van a serlo y de todos los que aún no se han podido demostrar o descubrir aún.

En el ámbito de los sindicatos ya son también varios los presos o indagados por diversas ilegalidades, con montos multimillonarios y descubierto por ende la fabulosa vida que estos capos dirigentes llevaban a diario.

En fin, destape donde se destape, se van encontrando ollas podridas, ni las monjas argentinas se salvaron de los juicios...

Brasil, otro de los grandes vecinos nuestros, también nos ha dado millonarios casos para comentar y dejarnos de boca abierta...

En nuestro querido Uruguay también hemos tenido varios cientos de vivos...

Como dije antes, en todos lados suceden cosas similares, hay mafias por doquier, acomodos, etc., pero el caso es que en esos países por lo menos el pueblo vive de otra forma.

Pareciera que si existieran arreglos, estos deben tener un “tope” moral, aunque sea, como que las “propinas” estuvieran pautadas o “decentemente” limitadas.

No se admite un funcionario público que obre mal, que se quede con vueltos o que maneje a gusto licitaciones. Pero si así fuese y el pueblo tuviera un buen pasar, si el nivel de vida es más que satisfactorio, bueno, no molestaría tanto...

Aquí, en estos países de “sudacas” no se tiene piedad por nada ni por nadie, nada tiene fin, ni límites; incluso si serán tan grandes las “jodas” que los favorecidos optan por enterrar en grandes tanques el dinero mal habido; parecieran haber leído sobre Pablo Escobar.

Ya no le alcanzan los bolsillos, ya no les molesta tener cuarenta o cincuenta autos o veinte propiedades, sino que no saben dónde poner el exceso de billetes.

Realmente, hasta en los peores ejemplos, hasta para ello, seguimos asumiendo ser simples y bajos “sudacas”.

En fin, no en vano estamos en Sudamérica como estamos, no en vano somos y seguiremos siendo países del tercer mundo, no tenemos arreglo, es sencillamente un tema de “cabeza”, de cabeza de chorlito.
Me hago el enfermo, marco tarjeta y me voy, etc.

Como decía un viejo dicho: “El que nace para pito, no llega a corneta...”.

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