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Show presidencial

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@| Este tercer periodo de gobierno del FA se ha caracterizado, a diferencia de los anteriores, por una intervención mediática desde el Poder Ejecutivo, que solo aporta el “deseo” de dar buenas noticias a un país carente de ideas y políticas claras.

Empezamos la “era progresista” con un gobierno “con viento de cola”, que paso la posta a un gobierno en donde lo político estaba por encima de lo jurídico, entrando en un tercer periodo, ya sin viento de cola, en donde al parar el mismo, el gobierno quedó como un velero sin motor, atrapado en el mar de los sargazos de su propia fuerza política, que lo inhabilita y desautoriza de cualquier posible idea que pueda darle una brisa al país.
¿Cómo enfrentamos esta “calma” de los vientos? Adelantando posibles proyectos que “podrían” llegar a salir y que “podrían” ser buenos para el país. ¿Porqué digo “podrían”? Porque de muchos de ellos, los uruguayos no tenemos ni idea de la realidad (incluyo a gran parte de los legisladores opositores y de gobierno). ¿Qué sensación dan estos anuncios? Sensación de un discurso marketinero/populista cada vez que “las papas queman”, con el único fin de desviar la atención de los temas que realmente importan en ese momento. Es así, que a modo de ejemplo y para no hacer una larga lista, tenemos; a) UPM que siempre es la semana que viene se firma, aunque no sabemos que se firma. b) AFE un tren que no arranca sobre unas vías que se demoran. c) Una regasificadora que sigue y sigue dando empleo y pagando sueldos sin resolver ni avanzar ; así como muchos emprendimientos más que se suman a la “fantasía” de proyectos que nunca se concretan.

Este tercer gobierno, es un Reality Show, que cada tanto sale en carpa de circo a prometer y prometer (caso rutas nacionales) mientras se sigue esperando. Es por los hechos y no palabras que salen desde el gobierno, que no creo que cuenten con la capacidad para dirigir un velero cuando no hay viento de cola, ya que este gobierno no tiene motor. De todas maneras, cuando este intenta arrancar para llegar a algún puerto, no tiene dirección y por ende cae en el mar de los sargazos, dejando a la deriva a un país que trata de salir adelante.

Pongamos ideas y gente capaz a ese velero para salir de esta quietud y consigamos un capitán que tenga la habilidad de no ceder en todo a unos pocos en desmedro de muchos.

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