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Fui al karting

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Organización

@| Corrían los años sesenta cuando en Canal l0 se emitía un programa titulado “El Karting y sus ases” por un deporte aquí en pañales todavía. Máquinas de construcción casera -ruedas de motoneta, motores de lo que fuera- y que, sin embargo brindaban momentos de emoción y entusiasmo en improvisadas pistas más una muy bien lograda en un club del Prado. No se sabia entonces si era una moda pasajera o qué. El “qué”, a la vuelta del tiempo, fue este magnifico espectáculo del domingo pasado en Parque Batlle.

Esta nota es de reconocimiento a la organización de un evento como pocas veces se ve por estos lares: cumplimiento de la hora de comienzo, fluidez en el desarrollo de la salida de cada competencia; no hubo que esperar entre una y otra más de lo necesario en una perfecta correlación de los tiempos. Nadie se aburrió esperando, todo tuvo ritmo. El numeroso público, a pié o en vehículos con estacionamiento bien cercano (a veces te lo ponen tan lejano) tuvo fácil acceso a las cercanías, vallas mediante, del circuito como para ver en detalle el rápido desplazarse de los corredores. Un circuito cuyo diseño fue un perfecto balance entre curvas y rectas como para mostrar habilidad de pilotos y potencia mecánica.

Otra cosa para destacar; las carpas al mejor estilo de las pistas mundialistas para los abastecimientos y preparación de las máquinas. Lugares a los que, incluso, pudo llegar la gente para curiosear o preguntar datos a los mismos protagonistas.

Y un dato que es una muestra de la dedicación con que se encaró la realización de este Gran Premio Ciudad de Montevideo: se confeccionaron mil cien fardos de cubiertas, ll00!! para delinear el trazado y contención de posibles despistes. Esta tarea fue colaboración del Batallón de Ingenieros No 1 del Ejercito Nacional. Otra: Funsa ofreció sus galpones para guardarles para futuras competencias. Y otra importante, por supuesto, la del municipio CH. Visita de lujo la del corredor uruguayo que brilla en las carreras Indy en Estados Unidos, desde donde se vino no solo para firmar autógrafos, ya que participó sobre una de las máquinas que marcaron el comienzo de su hoy notable performance en los poderosos autos con los que compite por aquellas tierras. Humildad de los grandes, esta de Santiago Urrutia.

En fin, una formidable fiesta cuya organización por todo lo alto merece los mejores elogios, que de eso trataron estas lineas. Felicitaciones.

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