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Se nos hunde el barco

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@|Escucho con sorpresa como los inescrupulosos gobernantes se van retirando de a uno y sin mayores remordimientos.

Obligados por la situación y apretados por sus propios barras, renunció Sendic, hombre realmente ingenuo, si los hay.
Se creyó el cuento del viejo y mitómano cacique, cuando gritó a los cuatro vientos que cortaría las manos de aquel “compañero” que metiera la mano en la lata.

Pero no olvidemos que tiempo atrás se retiraron los Agassi, los Huidobro, los Marenales, los Calloia, los Chifflet, los Álvaro Vega, los Andrade, los Esteban Pérez, los Valenti, entre tantísimos tantos otros!!!

Esta semana, el grandilocuente y soberbio Danilo, amenazó a quien quisiera escuchar, que si prosperaba la ley para reparar el daño a los cincuentones renunciaba al Ministerio y se retiraba a su casa sin más trámite.

Ahora declara que abandona la actividad política el “casi” premio Nobel, “casi” revolucionario, “casi” humilde, “casi” productor agropecuario y “casi” tantas otras cosas, nuestro ex presidente, como te digo una cosa, te digo la otra, José Mujica.

El mismo que nos trató de nabos, chorizos e ignorantes, no quiere ser testigo de tan enorme desastre.

Se retiraría sin más trámite, según sus palabras, para comenzar a vivir.
Todos estos señores destrozaron impunemente este pequeño y hermoso país y ahora renuncian enojados, vaya a saber con quien.
¿Será que van a responsabilizar por todo esto a la famosa herencia maldita?
Alguien que les avise, por favor, que hace 33 años son gobierno municipal con mayorías en la Junta Departamental y hace 13 años que son gobierno nacional, con mayorías absolutas en ambas cámaras.

US$ 59.000.0000.000 de deuda externa; un déficit imparable; una voracidad fiscal descontrolada; los judiciales con un reclamo millonario; los cincuentones en el horno; nuestros ahorros entregados a la banca extranjera, cerrando sucursales y fundiendo a cualquier precio a nuestro amado y querido Brou; los militares humillados hasta el hartazgo; la clase media a punto de desaparecer; las rapiñas y homicidios batiendo mes a mes récord históricos y como si fuera poco, en enero nos terminan de vaciar nuestros ya menguados bolsillos.

Obviamente esto es solo un pequeñísimo resumen de lo que ya todos sabemos. Y yo me pregunto: ¿se van ofendidos?

Los ciudadanos de a pie deberíamos exigirles que no sean cobardes, que mueran de pie, dando la cara ante quienes los votaron, y por qué no, ante quienes no los votamos. Porque eso que les solicitamos, señores políticos que todo lo funden, se llama dignidad, cosa que ustedes perdieron hace mucho tiempo, si es que alguna vez la tuvieron.

Para finalizar, habría que avisarle a estos sujetos que para tener el derecho a molestarse u ofenderse es condición indispensable ser primero que nada hombres éticos, probos, dignos, honestos y sobre todas las cosas, conocer muy bien el significado y el sentido del honor.

Lamentando ver cómo tan idolatrados sin vergüenzas abandonan el barco en llamas, cual roedores indefensos, me despido de usted agradeciendo el espacio que nos otorga para expresar libre y soberanamente nuestra opinión ante tan dura y cruel realidad.

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