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Elecciones en Peñarol

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@|Carta abierta a los postulantes a presidentes de Peñarol. Viendo tan de cerca las elecciones en el Club A. Peñarol, entiendo que aquellos que tienen intenciones y posibilidades de ser potenciales presidentes o dirigentes, deberían analizar y entender los nuevos formatos de “hacer política en el deporte”.

Pareciera como que algunas listas subestiman a los socios, en este caso de Peñarol pero seguramente en otras instituciones sucederá lo mismo. Pero hoy están en la palestra y es importante la crítica constructiva y por ello es que hago las siguientes observaciones:

1) Ofrecer campeonatos, de América etc. Esta estrategia es arcaica, nadie puede prometer que por ser o participar de una Directiva se aseguren torneos y menos internacionales. Estos artilugios están en desuso y son parte de un formato que ha quedado en el tiempo, demostrando que cuando se hace, el contenido es muy poco serio.

2) Hablar de cristalinidad; cuando eso se hace y se está formando parte de la misma dirección hay una incongruencia, porque si se está participando de la conducción y se tienen dudas, no hay que esperar un nuevo acto eleccionario para interponerse e inmediatamente generar las acciones pertinentes para que esa cristalinidad no esté en duda. Ergo, este otro argumento que, aparte de ser poco creíble, en definitiva le quita credibilidad a la propuesta de aquel o aquellos que participan de una mesa directiva y a la hora de las acciones políticas lo olvidan y esgrimen argumentos que terminan siendo un bumerang.

3) Socavar las obras o la infraestructura es una actitud que permite entender que quienes lo hacen o están fuera del mundo o simplemente creen que todos los asociados a las Institución no tienen la información. Para aquellos que utilizan o ironizan con esto, en las normas de la Conmebol para las Licencias de Clubes Profesionales del 13/09/2016, se establecen “criterios de Infraestructura para los Clubes”, de manera que si algún candidato no tiene esta información, es complejo que pueda dirigir a un Club como Peñarol.

4) Prometer que los juveniles no serán vendidos es una inmadurez al más alto nivel de potencialidad. El fútbol uruguayo es exportador por naturaleza; los presupuestos de las instituciones como Peñarol están atados a la comercialización de jugadores, que ayudan al Modelo de Gestión. Es harto difícil que en Peñarol se pueda generar un modelo que no contemple la venta de jugadores al exterior. Establecer ese ítem como plataforma política demuestra que no hay un contenido real en la misma y que todo está atado a promesas inmaduras de una política de gestión que no tiene asidero. ¿Quién puede sostener esa promesa en un trienio de conducción? Nadie. Si el propio Barcelona no pudo contener a Neymar, con cifras que escapan a nuestro mercado, la otra pregunta es: ¿puede Peñarol o cualquier Club Uruguayo sostener a una figura joven que prometa? ¿Qué modelo sostiene a un juvenil prometedor?

Es una pena que los postulantes a presidentes de Peñarol (algunos) no tengan la suficiente responsabilidad de establecer programas de conducción que estén enmarcados en realidades actuales y aggiornados a lo que el mundo hoy exige. Si se habla de salir campeones, de cristalinidad, de no vender juveniles, de la infraestructura entonces: ¿cuál es el modelo real?
Todos esos argumentos sumados son incompatibles con la gestión del siglo 21, de una institución deportiva y seguramente, quien los practique estará llevando al club a una situación incómoda por intentar un modelo que hoy sería anacrónico.

Simplemente, es una reflexión para que los candidatos sepan que no todos los que escuchamos sus propuestas estamos fuera del mundo...

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