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Clientelismo en grado de pureza

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En el Frente Amplio

@| Érase un país demográficamente pequeño, emergido de un proceso nefasto e involutivo, de guerrilla y dictadura militar.

La sociedad luego de sufrir años de violencia subversiva debió soportar la intolerancia de los militares desde el Estado.

Estos procesos antisociales, desmembraron el entramado educacional, cultural y unificador tradicional del Uruguay.

Las clases más pobres sufrieron consecuencias devastadoras, aumentando considerablemente la marginación.

Al cerrársele los caminos, al gobierno dictatorial, por la valentía de determinada clase política desde dentro y fuera del país, el pueblo solidarizo acompañando a resurgir la democracia.

Los primeros quince años posdictadura, fueron gobernados por los partidos fundacionales de nuestra nación. La crisis sufrida en el inicio del siglo XXI, iniciada en Argentina, perjudicó al gobierno del Dr. Jorge Batlle, generando un cisma de proporciones en la economía y el trabajo de los uruguayos. A pesar que la etapa de crecimiento había comenzado, el caldo de cultivo de lo acontecido, posibilitó el acceso al poder del Frente Amplio.

Como precepto fundamental de su gobierno Batlle se hizo firme en no dar ingreso a más empleados públicos. La deuda externa a pesar de la gran crisis llegó, al final del periodo, a 13.000 millones de dólares, este proceso se puede denominar “anti-clientelismo”.

Los gobiernos frentistas, sustanciaron su política, creando el MIDES, para proteger con determinados requisitos, mediante la tarjeta Uruguay Social, a quienes necesitaban apoyo económico.

El MIDES se transformó al poco tiempo en una organización burocrática, cientelistica y sobre dimensionada funcionalmente.

Los gobierno frentistas fracasaron en su declamada modificación del ADN de la educación, con lo cual prometieron beneficiar a los más desposeídos, logrando todo lo contrario, cada vez es más evidente las ventajas que reciben quienes se forman en la educación privada, frente a la deficiente formación de quienes asisten a la educación publica.

Ya el proceso iniciado por el FA, abandona con criterio, en la practica que no en los discursos, sus postulados histórico – ideológicos, y transcurren sus gobiernos como un partido tradicional más.

El FA, al procesar su inserción internacional, se asoció al FMI, al Banco Mundial, al BID y continúo pagando la deuda externa, en contra de todos sus discursos y promesas.

Y como aditamento, en actitud irresponsable y anti-Uruguay, en decisión inoportuna y cientelística de tomar 70.000 empleados públicos más, comprometiendo las finanzas del país eternamente.

En lugar de reducir el gasto publico, para disminuir el “costo país” que generaría las condiciones para crecimiento de producción y exportación de bienes y servicios, que generaría empleo genuino y crecimiento salarial, y no hacer crecer la deuda externa, que al entregar Batlle el gobierno eran solo 13.000 millones de dólares y actualmente 60.000 millones de dólares.
Imaginemos cuanto tiene que generar la actividad privada, para sustentar, con el esfuerzo de Empresarios y Trabajadores para solventar el gasto del Estado, el clientelismo, más los intereses de la deuda externa. Y la deuda externa real, que la pague un Sr. de apellido Magoya.

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