Publicidad

Una anciana con dignidad

Compartir esta noticia

@| Recientemente tuve una experiencia que me ha quedado registrada a fuego y describo. En plena Avenida Arocena de Carrasco, se me acerca una señora de más de 80 años, de baja estatura por añosa, prolija y correctamente vestida, y muy educadamente me dice “¿señora, me compraría Ud. un libro?” “necesito el dinero para hacerme una placa”. Su aspecto era la de una mujer con clase, modales, fuerza en la mirada, obligada a estos hechos quién sabe por qué circunstancia, pero con la frente en alto, manteniendo su dignidad. “Señora le dije, voy a ayudarla”. Ella me contestó “tome su libro señora”, lo cual no acepté, en el error, pues ella no merecía sentir que recibió una donación anónima.

Esta señora, venida a menos pero con la estirpe y elegancia de quien tuvo otra vida mejor, resolvió salir a “trabajar” para lograr ese dinero que le era requerido para resolver su problema de salud. Un ejemplo para todos esos muchachos NiNi que desperdician su juventud pretendiendo que les caiga todo del cielo sin hacer el más mínimo esfuerzo para lograr lo que otros con tremendo sacrificio, horas de estudio y trabajando con ahínco, lograron por sus propios méritos.

Igualmente me invadió un sentimiento de tristeza, ya que cómo es posible para cualquiera de nosotros llegar a la recta final de la vida, sabiéndose no apto para trabajar, viéndose obligado a salir a la calle a buscar la ayuda que ya no se puede lograr con sus propios medios. Niños y viejos, qué desamparados están si no cuentan con el apoyo familiar y los recursos que se necesitan. Hablan del sistema de cuidados, ojalá ayude a estos ancianos que llegaron a esta situación a veces no por un error cometido, sino por las vueltas del destino.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad