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La Dinama borrada de un plumazo

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La creación del Ministerio de Medio Ambiente fue una de las mejores decisiones políticas tomadas en las últimas décadas, porque adjudicó rango de primer orden a un asunto tan estrechamente vinculado con la calidad de vida de las personas.

La Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) de esa Secretaría de Estado es la mejor garantía que tenemos los ciudadanos de que se respeten las normas ambientales. Resulta preocupante que esta repartición esencialmente técnica del Estado esté siendo debilitada por la propia Presidencia. Recordemos que hace un tiempo, en el actual gobierno, se informó sobre la intención de colocarla bajo la égida de Presidencia, con la obvia intención de ejercer mayor control sobre sus informes y sus tiempos de realización, para facilitar los proyectos e inversiones en el país de su interés.

Ahora, el presidente Mujica anunció que en los próximos días firmarán un contrato con la empresa india que proyecta explotar el hierro de Valentines (Aratirí), si

La creación del Ministerio de Medio Ambiente fue una de las mejores decisiones políticas tomadas en las últimas décadas, porque adjudicó rango de primer orden a un asunto tan estrechamente vinculado con la calidad de vida de las personas.

La Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) de esa Secretaría de Estado es la mejor garantía que tenemos los ciudadanos de que se respeten las normas ambientales. Resulta preocupante que esta repartición esencialmente técnica del Estado esté siendo debilitada por la propia Presidencia. Recordemos que hace un tiempo, en el actual gobierno, se informó sobre la intención de colocarla bajo la égida de Presidencia, con la obvia intención de ejercer mayor control sobre sus informes y sus tiempos de realización, para facilitar los proyectos e inversiones en el país de su interés.

Ahora, el presidente Mujica anunció que en los próximos días firmarán un contrato con la empresa india que proyecta explotar el hierro de Valentines (Aratirí), sin que la Dinama haya presentado su informe sobre la viabilidad ambiental del proyecto. Sería un hecho sin precedentes porque ignora groseramente lo que marca la ley y, al mismo tiempo degrada a la Dinama como si se tratara de una organización virtual a la que solamente le queda el camino de aprobar el proyecto tal cual está presentado.

Vayamos por partes. Dinama no se ha expedido porque aún la empresa no ha presentado la información adicional requerida, pues hubo modificaciones en cuanto al tendido del mineroducto y la localización de la terminal portuaria en costas de Rocha.

¿Qué condiciones contractuales va a firmar el Estado si aún no se conocen los detalles finales de las obras? En ese terreno de incertidumbre ¿qué compromisos están dispuestos a asumir y a exigir nuestros ministros?

La nueva ley de Minería de Gran Porte es contundente: "Las disposiciones del (cualquier) contrato deberán ajustarse a las condiciones comprendidas en las autorizaciones ambientales correspondientes." Nuevamente el Presidente quiere imponer lo político sobre lo jurídico.

Si se firma el mencionado contrato significará además que llegado el momento la Dinama deberá autorizar el proyecto, le guste o no, porque en definitiva integra el Poder Ejecutivo. Para colmo de males, el Gobierno no permite que se conozcan los términos del contrato, ni siquiera en asuntos básicos como plazos, beneficios fiscales, obligaciones ambientales, etc., lo que aumenta las sospechas de la población de que se pretende favorece al privado de manera irregular.

¿Cuál es el incontenible apuro que tiene el Gobierno del Frente Amplio por firmar el contrato -que es ilegal- y aprobar el proyecto Aratirí? ¿Es económico; es político electoral?

A todo esto existe un creciente movimiento social organizado en contra de este proyecto y similares, sin que sea en lo más mínimo tomado en cuenta (y menos escuchado) por los gobernantes.

Antes de autorizar estas explotaciones en el país, se debería realizar una consulta popular para que sea la sociedad la que decida si está de acuerdo con el desarrollo de la megaminería en un país de praderas fértiles.

Es lo que afortunadamente se está impulsando desde la sociedad civil a contra reloj -estamos en un año electoral- y desde luego sin apoyo del oficialismo, mediante la recolección de firmas.

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Hernán Sorhuet Gelós

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