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Devaluación

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Entendemos por tal el proceso de debilitamiento institucional que se ha producido durante los diez años del período frentista. Tal proceso ha asumido muchas veces el carácter de clara violación de la Constitución, otras del ejercicio de presiones sobre poderes y jerarquías.
La más notoria violación de la Constitución y en un muy sensible tema, fue la aprobación de la ley que creó los municipios y dispuso la elección de los alcaldes y sus consejos. Una muy cuidada conquista de la ciudadanía ha llevado a que la materia electoral estuviera custodiada de atropellos por la barrera de los 2/3 de mayoría especial exigida por la Carta. La anterior legislatura procedió a avasallar esta garantía, aprobando los referidos puestos por mayoría simple. La tentación del uso o abuso de la mayoría que gozaron los gobiernos anteriores parece irresistible para el conglomerado cívico-sindical. Mayoría legal sin lugar a dudas pero que ejercida en el plano que Herrera denominaba, en La Revolución France

Entendemos por tal el proceso de debilitamiento institucional que se ha producido durante los diez años del período frentista. Tal proceso ha asumido muchas veces el carácter de clara violación de la Constitución, otras del ejercicio de presiones sobre poderes y jerarquías.
La más notoria violación de la Constitución y en un muy sensible tema, fue la aprobación de la ley que creó los municipios y dispuso la elección de los alcaldes y sus consejos. Una muy cuidada conquista de la ciudadanía ha llevado a que la materia electoral estuviera custodiada de atropellos por la barrera de los 2/3 de mayoría especial exigida por la Carta. La anterior legislatura procedió a avasallar esta garantía, aprobando los referidos puestos por mayoría simple. La tentación del uso o abuso de la mayoría que gozaron los gobiernos anteriores parece irresistible para el conglomerado cívico-sindical. Mayoría legal sin lugar a dudas pero que ejercida en el plano que Herrera denominaba, en La Revolución Francesa y Sud América, “extremar el derecho”. Una y otra vez se ha advertido a los legisladores frentistas acerca de la inconstitucionalidad de sus actos, durante el propio trámite legal. La soberbia ha podido más, y ha tenido que ser la Suprema Corte la que rectificara el desvío.

Lejos de recibir tales decisiones con apertura, estos episodios han hecho aparecer malas intenciones políticas. Se ha hablado por parte de una Senadora, profesora de ciencia política, de que la Corte debería de seguir los lineamientos políticos del gobierno. ¡Linda manera de ejemplificar acerca de la división de poderes!

Otra voz se unió al coro, en este caso no de una profesora precisamente, ni de una experta en defensa de la Constitución, pero de gran influencia. La senadora Topolansky, ha abogado por un Tribunal Constitucional que posea la competencia de tratar las inconstitucionalidades, suponemos que más sujeto al poder político.

Esta destacada compatriota se ha hecho notar por otras expresiones relativas a las instituciones. Por ejemplo cuando abogó por unas Fuerzas Armadas en las que un tercio (porqué fue tan poco ambiciosa, no sabemos) de los oficiales fueran frentista tirando abajo la ardua tarea de eliminar un ejército, armada y fuerza aérea en las que el cintillo partidario no estuviera por encima del uniforme. Ahondando en su pensamiento institucional, la senadora, refiriéndose a las mayorías parlamentarias, sentenció que si no surgían de las urnas, “se obtendrían en las calles”, es decir un llamado a la asonada.

La otra parte del gobierno, la parte sindical de la ecuación de poder que nos gobierna, no ha quedado atrás en materia de amenazas, presiones y acciones para amedrentar a las instituciones. Fue así que convocaron a un paro en contra del candidato del Partido Nacional, en un ejercicio de presión sin antecedentes.

Claro está que se les ha hecho el campo orégano. Han mandado en este periodo tanto en sus ámbitos como en aquellos en los que se les dio una participación anti democrática y enemiga de la idea republicana. No han prosperado buenas iniciativas en la enseñanza porque los sindicatos no las aceptan. No se puede mejorar el sistema de elección de horas por lo mismo, no se siguen siquiera las más elementales líneas sugeridas por el compañero Mujica, en ejercicio de la Presidencia, haciendo naufragar uno de los objetivos marcados como “educación, educación, educación “ desde el primer día. En ocasión de votarse la ley de responsabilidad empresarial, la presión fue ostensible. Desde fuera del Palacio Legislativo y desde dentro, se amenazó a legisladores frentistas hasta el punto de quebrar su decisión de no votar en el sentido que ordenaba el Pit-Cnt...
Los ejemplos lamentablemente abundan. Los poderes del Estado, las intendencias, los entes autónomos, todos han sentido esta mezcla de patoterismo y doctrina totalitaria que sigue vigente aún con más fuerza después del último comicio.

No es esta la actitud de todos los legisladores y gobernantes frentistas, nos apresuramos a consagrarlo. No sabemos si son mayoritarios los unos o las otros. Si sabemos que este es el panorama que nos deja el gobierno que fenece, con pena y sin gloria. Desde la presidencia, el Sr. Mujica Cordano ha sembrado mucha mala semilla. Y, siendo una persona inteligente, lo ha hecho a conciencia. De nada vale que cada tanto sostenga que “se calentó”, que como ha dicho Castillo, “se le fue la moto”.

Al igual que en el lenguaje ordinario, impuesto en la verba gubernativa, hay una intención deprecatoria, devaluatoria en todo lo que se hace o dice. No es sólo la muy clara definición de que lo político encima a lo jurídico, es la doctrina del más o menos, de que los límites están para salteárselos. O alguien cree que el Presidente no tira de la piola legal cuando no sólo se mete de lleno en la campaña electoral, cosa que sabe muy bien que le está vedada, sino que argumenta en favor del desvío. Es una tarea de demolición institucional intencional, en procura de lograr el debilitamiento de las instituciones actuales.

Por ello repetimos que hay que rodear al Presidente de todos, que es el Dr. Vázquez, en todas las instancias de este tipo que se suscitaran. Y no está demás repetir que le deseamos al nuevo mandatario mucha salud y larga vida.

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Luis Alberto Lacalle

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