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Despierte presidente

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Haciendo cualquiera puede errar. Eso es mucho mejor a estar ausente y no sentir los gritos que son como truenos en una noche serena. El gobierno, el presidente y su equipo, no se enteraron que en Uruguay hay mucho miedo.

Haciendo cualquiera puede errar. Eso es mucho mejor a estar ausente y no sentir los gritos que son como truenos en una noche serena. El gobierno, el presidente y su equipo, no se enteraron que en Uruguay hay mucho miedo.

Cambió la forma de vivir, se camina mirando para atrás, se enreja todo, parar el auto de noche en un semáforo es un peligro, se puede ser copado en un ómnibus o en una parrillada, los trabajadores del taxi están regalados, los comercios y las farmacias de noche atienden por un agujerito suficiente para pasar una caja de medicamentos y la plata. Los estacioneros saben que en cualquier momento “se la dan”. La gente se arma hasta los dientes. Hasta guardia privada en las ferias hay. Y el gobierno está ausente.

Los últimos diez días son la fotografía más triste que se pueda recordar de un Uruguay que dejó de ser apacible. La muchacha asesinada en la puerta de una fábrica de pastas, antes un Policía, después otro taxista, el sábado un hombre al frente de su pizzería junto a su familia. Asesinados hasta para ser el bautismo de fuego de tribus donde se escala en la jerarquía de la delincuencia según cuan violento se es. Matar es una condición de ascenso criminal en esos códigos.

La sociedad grita pero la sordera de estos gobernantes espanta. No reconocen que fallaron y si no lo reconocen perdemos todos.

Bonomi no lleva medio año de ministro, lleva 5 años y medio de los diez del FA gobernando. Cuál es el resultado de sus políticas que primero avaló Mujica y ahora Vázquez: las rapiñas entre 2010 y 2014 aumentaron 34% y los homicidios aumentaron 24%, según sus propias cifras. Es un espantoso fracaso. ¿Qué más hay que esperar? ¿Necesita este ministro más tiempo para tener resultados? Siempre parece un recién llegado al gobierno y da sesudas clases de cómo actúa el delincuente, teorías, planes, mucha cháchara. Sus reformas son teóricamente impecables y también un rotundo fracaso. Bonomi diagnostica hasta el hartazgo, ahora los homicidios son ajustes de cuenta, como no bajan les cambió el nombre. No hay que andar con medias tintas, estamos en un punto de quiebre. La violencia criminal nos cambió la forma de vivir. Los delincuentes mandan en las calles, en las noche, en áreas de la ciudades hasta imparten “justicia”, enseñan en el crimen, bajan y suben dedos que determinan vidas. Nos arrinconaron. Hasta anestesiaron a buena parte de la sociedad que solo denuncia lo grave porque con lo otro, el robo común, el arrebato, ya sabe que no pasa nada y se pierde más de lo que se gana ejerciendo el derecho a ser defendido por un Estado que debería garantizar la seguridad.

Hay un solo camino que es declarar la guerra a los delincuentes. Con todo el peso del Estado y de la voluntad política del gobierno que tiene todo para hacerlo. Pero está lejos de la realidad, no sufre con los que sufren. Si necesita ayuda la va a tener, pero es mano. Solo él puede ejercer la autoridad legítima que le dio la gente.

Que Bonomi se lleve puesto a Vázquez no es cosa del Frente, porque nos está llevando puesto a todos los uruguayos. El presidente perdió desgraciadamente con los sindicatos y está perdiendo con los delincuentes que se adueñaron de las calles y arrinconaron a la sociedad. La gente pide a gritos que la defiendan. Están interpelando a la democracia y a la política. Es un tema institucional. Despierte presidente.

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Javier García

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