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Controvertido pero unió filas

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El fallecimiento del Dr. Jorge Batlle causó que todos los partidos políticos y sus líderes se unieran a rendirle honores. Esa plausible actitud de la dirigencia política debe enorgullecer al Uruguay.

El fallecimiento del Dr. Jorge Batlle causó que todos los partidos políticos y sus líderes se unieran a rendirle honores. Esa plausible actitud de la dirigencia política debe enorgullecer al Uruguay.

En un momento en que las rispideces huelgan y las críticas se dirigen de un lado al otro de las filas políticas, es una señal de civilidad que es digna de mención y de ejemplo.

Cada uno, desde su lugar, destacó las virtudes del Dr. Batlle por encima de discrepancias o polarizaciones, suavizando el clima de violencia creciente que se vive en la sociedad, no sólo en lo que a delincuencia se refiere, sino también en cuanto al relacionamiento entre los grupos con distintos intereses.

La personalidad marcadamente liberal del Dr. Batlle generaba adhesiones comprometidas a las vez que críticas encarnizadas, pero nadie puede dejar de reconocer que fue un político destacado, vital hasta el último suspiro, que no cejó en su esfuerzo por incidir en la ciudadanía, mostrando lo que para él era el camino hacia el desarrollo y la vía para mejorar la calidad de vida de los uruguayos.

El destino le jugó una mala pasada. Tras varios intentos para lograr la máxima magistratura, una vez que la alcanzó, varias fueron las desgracias que cayeron sobre el país entre los años 2000 y 2005. Su vínculo cercano con el gobierno de los Estados Unidos le permitió evitar lo que hubiera sido un mayor desastre; caer en cesación de pagos.

Su carácter impulsivo lo llevó a dar una respuesta impropia a un periodista que insistía en comparar el Uruguay con la Argentina, lo que le provocó una rispidez innecesaria con este último país y una situación por demás incómoda, al presentarse a pedir disculpas ante el Presidente Duhalde.

Tenía un sentido del deber frente al país que trascendía partidos y en generosa actitud apoyó al gobierno liderado por el Dr. Luis Alberto Lacalle, algo que otros sectores no asumieron, y le permitió una cierta gobernabilidad,

El Dr. Batlle será recordado, por supuesto, por esos hechos altamente relevantes, pero también por su constante prédica en favor de un enfoque liberal y pragmático de las políticas económicas, que desarrollaba como orador interesante y entretenido para sus auditorios, que ávidos esperaban las palabras incisivas, fruto de su pensamiento agudo y su gran cultura. Sus discursos evadían la demagogia, pregonaba su verdad sin tapujos y eso lo caracterizaba también como orador que parecía disfrutar de la controversia haciendo caso omiso de quienes lo criticaban.

Más allá de coincidencias o no, fue un hombre que marcó las últimas décadas del país, proponiendo permanentemente ideas que provocaban discusiones y análisis. De diálogo abierto, el Dr. Batlle debatía con correligionarios y adversarios marcando posiciones de corte renovador. Por su vida dedicada a la política y al país, bien merecía el honor de tener los elogios de sus adversarios unidos en un dolor sentido.

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Casilda Echevarría

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