Publicidad

El nacimiento del Partido Nacional

Compartir esta noticia

Es cierto que el país está hoy gobernado por el Frente Amplio. Pero el asunto termina allí, ya que la fuerza partidaria más importante del Uruguay actual es el Partido Nacional.

Es cierto que el país está hoy gobernado por el Frente Amplio. Pero el asunto termina allí, ya que la fuerza partidaria más importante del Uruguay actual es el Partido Nacional.

El Frente Amplio es una coalición electoral de agrupaciones que, tomadas una por una, revelan su verdadera naturaleza, frecuente y tajantemente diversas unas de otras y a menudo ni siquiera de inspiración nacional, como ocurre con el internacionalista Partido Comunista, tan enamorado del marxismo-leninismo y de figuras como el Che Guevara.

Esta circunstancia hace oportuno internarse en los orígenes del Partido Nacional. Orígenes que viven en el 2016 su 180º aniversario, marcado por una serie de acontecimientos preexistentes, como ser la iniciación constitucional del país y los gobiernos de Lavalleja y Rondeau, quien dejó ver una vinculación creciente entre el gobierno y Rivera. Vinculación que culminó con el nombramiento de Rivera co-mo Ministro de Gobierno, de Relaciones Exteriores y de Guerra y Marina, el 27 de agosto de 1829. De ahí en más, los cargos de gobierno más importantes fueron acaparados por personas adictas y allegadas a Rivera.

En enero de 1830 Rondeau designó a Rivera “Comandante General de la Campaña”, al margen de la organización militar formal y convirtiéndolo en jefe del grueso del ejército. La autoridad de Rivera rechinaba con la de figuras como Lavalleja. Finalmente se aprobó la Constitución de 1830 que regiría al “Estado Oriental del Uruguay”, iniciando de esta forma la vida constitucional de la República, con las presidencias de Rivera y Oribe. El primero abandonó el poder cumplido el plazo de su mandato y lo sucedió interinamente Carlos Anaya hasta que el primero de marzo de 1835 la Asamblea General por unanimidad, designó presidente de la República a Manuel Oribe.

En 1836 Rivera se vinculó a la oposición y ya en enero Oribe decidió terminar con la situación que limitaba su autoridad: la de que Rivera tuviera a su cargo la Comandancia General de la Campaña. En un decreto del 9 de enero Oribe dispuso la supresión del cargo mencionado invocando la desaparición de los motivos que originaron su establecimiento.

Rivera reaccionó violentamente iniciando una revolución contra el gobierno de Oribe, con la colaboración del jefe argentino Lavalle. Este movimiento, el 19 de setiembre de 1836 fue derrotado por las fuerzas de Oribe quien, oportuno es recordarlo, el 10 de agosto de 1836 lanzó un decreto que dispuso el uso generalizado de la divisa blanca en el sombrero o el vestido, con el lema Defensores de las leyes. Todo esto tiene gran interés porque la revolución y la reacción marcaron el uso de las divisas que posteriormente caracterizarían a los dos grandes partidos tradicionales. También, a pesar de las dificultades puestas en su camino de legalidad, se fueron perfilando los rasgos de honestidad, de liberación de esclavos y otros del Partido Nacional. Como el que quedó plasmado en las primeras leyes creadoras del sistema de previsión social promulgadas por Oribe.

Los vaivenes políticos y militares continuaron en aquellos tiempos de efervescencias que sirvieron como trasfondo al surgimiento de los partidos blanco y colorado. De ellos, como señalamos al comienzo, el que sigue marcando preeminencia es el primero de los nombrados.

SEGUIR
User Admin

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

partido nacionalÁlvaro Casal

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad