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La reacción que se espera

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Sergio Abreu
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Heráclito utilizaba la frase "panta Rhei" para definir el mundo en movimiento, ya en aquella época, la historia real era la que se escribía en el presente.

Heráclito utilizaba la frase “panta Rhei” para definir el mundo en movimiento, ya en aquella época, la historia real era la que se escribía en el presente.

El mundo global y digital de avances tecnológicos nos exige a pensar y actuar con realismo y modernidad ajustando un proyecto de país basado en el Estado de Derecho. ¿Es una frase? Pues no!! La educación revoluciona todo, la robótica desplaza mano de obra, las cadenas de producción eligen mercados con menores costos y conflictos. El país que se queda, no se recupera! La estabilidad macroeconómica (que tampoco es una frase!), la apertura comercial y un Estado más eficiente hacen la diferencia entre conservadores y progresistas; en otras palabras, entre los que impulsan los cambios en tiempos modernos y los que se aferran a viejas recetas para no ver la realidad.

De ahí que los conservadores se encuentran mayoritariamente en una izquierda castro-chavista enfrentada a una responsabilidad de gobierno que exige decisiones lejos de los manuales socialistas. Tan conservadora esa vieja izquierda "solidaria y progresista" que sigue pensando que el enemigo es el capital y la burguesía explotadora; es la que se opone a que escuelas y liceos privados eduquen con resultados exitosos a niños y jóvenes de los barrios más carenciados; la que descansa en el Estado y en Empresas Públicas monopólicas tan oscuras como ineficientes; la que iguala para abajo hablando de "las transformaciones profundas" de la mano de un asistencialismo populista y electoral; la que define como derecha despreciable todo lo que se plantea fuera de su Fuerza Política; la que miente a la gente y se miente a sí misma preocupada solo por mantenerse en el poder; la que habla de apertura comercial y no puede concretar acuerdos; pero sobre todo, la que hoy maneja cifras contrapuestas entre dos Ministerios para enfrentar la grave crisis del sistema de la Seguridad Social que en modo alguno se soluciona con la ortodoxia ideológica.

En la reforma de la Seguridad Social hay que detenerse ¿puede considerarse serio un gobierno que exhibe dos posiciones ante una crisis profunda como la del sistema previsional? ¿Es creíble un Poder Ejecutivo que tiene una diferencia de más de mil millones de dólares en cuanto a su costo y que se define por un úkase del Presidente para evitar la reacción de las fuerzas más conservadoras? ¿Es ideológica la posición de los que proponen la eliminación de las AFAPS pensando que el Estado debe absorber un déficit crónico y creciente? Sin duda, lo es, pero la solución ¿no podrá venir de un acuerdo político que trascienda este gobierno? ¿Y quién lo debe proponer, el gobierno o la oposición? La respuesta es clara, si no viene del primero debe surgir de la segunda.

Y la oposición, ¿cómo se para en la cancha? Más puntualmente: el Partido Nacional, cuando entra en la cancha ¿juega para ganar en esa fecha y coronarse campeón o los jugadores sólo se preocupan por hacer la jugada individual más aplaudida? La diferencia no es poca cosa, más bien es lo mas importante que se expondrá al juicio de la voluntad popular.

Sin perjuicio de que la respuesta la tiene la ciudadanía, parece claro que en los últimos tiempos, las únicas propuestas y críticas válidas son las que tienen nombre y apellido mientras el gran instrumento, que es el Partido, ha pasado a jugar un rol secundario.

El Partido Nacional tiene que centrar la agenda política en los verdaderos problemas del país; encarar los temas puntuales con visión de Estado en lugar de reaccionar en función de las circunstancias. En definitiva: marcar los desvíos del gobierno con firmeza y autoridad moral y hacer propuestas serias al alcance de la gente. Y algo mas : ocupar el centro de la opinión pública como Partido dejando de lado las diferencias internas.

Un proyecto consensuado dentro del Partido Nacional sobre el problema de los cincuentones sería una buena señal. El Directorio podría convocar a los equipos técnicos para analizar el tema teniendo en cuenta el escenario macroeconómico de mediano plazo: el déficit fiscal, el déficit del Banco de Previsión Social y el equilibrio de todo el sistema, en lugar del ajuste por sectores como el que se propone, tanto para este caso , como para el Régimen de jubilaciones y pensiones militares.

La crisis de la Previsión Social requiere un enfoque profundo que abarque la relación activo pasivo, los ajustes a los vergonzantes montos que perciben miles y miles de jubilados y pensionistas e identifique los costos verdaderos en función de la incidencia que puedan tener sobre la salud de las finanzas públicas.

Los sectores podrán tener visiones distintas pero hay momentos en que debe apostarse como Partido a lo QUE SE QUIERE. Al fin de cuentas, si se aspira a gobernar la diferencia debe hacerla un Partido con alternativas, que explica a la gente que lo que hoy se decida tendrá repercusiones sobre su vida en el mediano plazo; una colectividad que sin anular sus dirigentes trate de alcanzar acuerdos con las otras Fuerzas Políticas.

Tenemos que asumir que la oposición además de control y discrepancia, es sobre todo, una alternativa de gobierno. Por eso, lo central es hacer propuestas elaboradas por equipos de trabajo para fortalecer la voz del Partido y de abandonar la tozuda costumbre de privilegiar sectores y candidatos fuera de tiempo.

El Partido Nacional es la gran esperanza, y por eso tiene la obligación de mostrarse como una fuerza política con visión de futuro, en condiciones de dar preferencia a una visión de Estado apostando simultáneamente a la armonía dentro y fuera de la colectividad.

Por último, el optimismo, pero con palabras de Wilson: "la próxima elección el Partido Nacional la va a ganar en la única forma en que vale la pena ganar ...con limpieza y respeto del derecho ajeno. Para respetar e imponer es que el Partido Nacional existe y eso supone un deber de organización. Los cuerpos partidarios deben funcionar para que esa alegría de la militancia que gana la calle permita incorporar conversos al Partido, hacer volver a los que se fueron y sumar a los que nunca militaron en nuestras filas".

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