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Geografía e ideología

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Los tiempos se aceleran y las decisiones no llegan. El Mercosur cumplió 25 años y atraviesa una dilatada crisis existencial.

Sin embargo, la integración es nuestro destino porque la geografía siempre estará presente. Nada puede encararse olvidando nuestro rol de “bisagra” en el espacio físico del Cono Sur, más ahora, que una mejor colectividad física se requiere en toda la Cuenca del Plata.

Por otra parte, debe tenerse en cuenta que en el comercio internacional la demanda de alimentos se mantendrá con algunas variaciones. El mercado chino sostendrá su dinamismo a pesar de que el crecimiento de su economía marque el implacable descenso del 10% de los últimos años a un 6.5% para 2016, mientras el precio del petróleo quedaría a un promedio de 50 dólares el barril.

En este contexto, más de 200 acuerdos regionales avanzan fragilizando el multilateralismo comercial representado por la Organización Mundial del Comercio (OMC). Todos ellos, incluyendo las negociaciones

Los tiempos se aceleran y las decisiones no llegan. El Mercosur cumplió 25 años y atraviesa una dilatada crisis existencial.

Sin embargo, la integración es nuestro destino porque la geografía siempre estará presente. Nada puede encararse olvidando nuestro rol de “bisagra” en el espacio físico del Cono Sur, más ahora, que una mejor colectividad física se requiere en toda la Cuenca del Plata.

Por otra parte, debe tenerse en cuenta que en el comercio internacional la demanda de alimentos se mantendrá con algunas variaciones. El mercado chino sostendrá su dinamismo a pesar de que el crecimiento de su economía marque el implacable descenso del 10% de los últimos años a un 6.5% para 2016, mientras el precio del petróleo quedaría a un promedio de 50 dólares el barril.

En este contexto, más de 200 acuerdos regionales avanzan fragilizando el multilateralismo comercial representado por la Organización Mundial del Comercio (OMC). Todos ellos, incluyendo las negociaciones en el TISA, ya no tienen como objetivo principal el desmantelamiento de la protección arancelaria. En su lugar, las negociaciones se concentran en normas regulatorias vinculadas con las nuevas áreas del comercio internacional; los servicios, el trato nacional a las inversiones directas extranjeras, la propiedad intelectual y los procedimientos de solución de controversias.

Y esto porque los 2/3 del comercio mundial son intrafirma, el 60% de los bienes exportados son semiterminados y las inversiones dividen sus cadenas productivas en distintos países con el fin de optimizar costos y beneficiarse de diferentes nichos productivos.

Nuestra región se divide entre los partidarios de Acuerdos hacia el área del Pacífico y al estancamiento de un ideologizado Mercosur que se debate entre la crisis económica de los socios mayores y la negativa de permitir una flexibilización a favor de Uruguay y Paraguay para insertarse separadamente en mercados externos.

Brasil atraviesa uno de los peores momentos económicos y políticos de las últimas décadas; en dos años seguidos ha registrado un crecimiento negativo que tiene un único antecedente en el siglo pasado en la década del 30. El Fondo Monetario pronostica que a fines de 2017 la producción brasileña será similar a la de 2010, mientras el déficit fiscal nominal se acerca al 11% del PBI.

Argentina bajo el nuevo gobierno trata de salir del default; eliminó el cepo cambiario, derogó los subsidios, las detracciones a las exportaciones y comenzó a recorrer el camino de la apertura económica.

A diferencia de los grandes vecinos, Paraguay crece en forma consistente en una estabilidad macroeconómica que le permite tener una presión tributaria baja, una inflación controlada y una razonable situación fiscal.

Mientras tanto, aquí en Uruguay, el Pit-Cnt entona entusiasmado la Internacional Socialista, reclama mayor gasto público, y no acepta que el Tribunal de Cuentas de la República controle la gestión de cerca de 50 empresas de derecho privado creadas por las empresas públicas. Y si fuera poco, anuncia que para contribuir a la lucha contra la inflación realizará “escraches” ante los supermercados para evitar la suba de los precios. Pero nada dice de los costos de las tarifas públicas, donde no hay derecho a elección de proveedores porque son monopólicos.

Sin embargo, los problemas van más allá; el empleo atraviesa un momento de incertidumbre y los trabajadores en seguro de paro aumentan; por otra parte, la conflictividad laboral y la presión tributaria determinan que varios inversores extranjeros radicados en nuestro país piensen en mudarse a otros países de la región donde exista un mejor clima de negocios.

Esta es la realidad, pero las decisiones deambulan en el Poder Ejecutivo por discrepancias internas que anulan la acción de gobierno. ¿Hasta cuándo?

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Sergio Abreu

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