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Trump es un caso peligroso

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Rubens Barbosa
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Durante la campaña electoral, Jeb Bush previó correctamente que Trump era el candidato del caos y que, en caso de ser electo, sería un presidente caótico.

Los asuntos de guerra y paz, armas nucleares, inmigración y seguridad social que afectan a millones de personas en Estados Unidos y en otros países, son tratados sorprendentemente de manera pública, muchas veces contrariando las posiciones de sus ministros, en sus tweets matinales.

Transcurridos diez meses desde su asunción y frente a las actitudes desconcertantes de Donald Trump, aumentan las incertidumbres sobre las perspectivas del actual gobierno norteamericano.

Las acciones unilaterales de Trump, en muchos casos incoherentes, están cambiando políticas vigentes sin definiciones alternativas. Disputas con aliados republicanos, opositores demócratas y miembros de su gabinete comienzan a ser percibidos como amenazas para la estabilidad del gobierno, como indican los primeros pedidos de juicio político presentados ante el Congreso.

La creciente falta de credibilidad de la administración Trump ante los gobiernos europeos, en particular Alemania, comienza a causar un gradual alejamiento en las posiciones defendidas por ambos en temas de seguridad y defensa por un lado, y de comercio por otro.

Para justificar esa percepción, cabe mencionar lo que está sucediendo en tres áreas: política interna, comercio exterior y política externa.

En cuanto a la política interna, la guerra con la prensa (CNN/NBC) por las noticias falsas ("fake News") sobre la acción de Rusia durante la elección presidencial, que llevó a la designación de un fiscal especial para investigar esa interferencia y el intento de revocar todas las políticas internas y externas aprobadas por Barack Obama son algunos ejemplos de la división existente en la sociedad norteamericana.

En cuanto al comercio exterior, basta citar el conflicto con la Organización Mundial de Comercio, severamente afectada por la negativa de EE.UU. a discutir la designación de jueces para el órgano de apelación del mecanismo de solución de controversias en Ginebra, poniendo en riesgo uno de los pilares más importantes de la institución. También la crisis con Canadá y México en la discusión del Nafta, llamado por Trump el peor acuerdo negociado por EE.UU., puede generar un clima de incertidumbre comercial con repercusión global y una repercusión negativa política y económica en México en vísperas de la elección presidencial que podrá beneficiar al candidato de la oposición y de tendencia antiamericana, Manuel López Obrador. El gobierno de Washington presentó cerca de 7 propuestas de cambio, incluso una que determina que el acuerdo se renueve cada cinco años, introduciendo una inseguridad jurídica que los gobiernos canadiense y mexicano consideran muy difíciles de aceptar ("non starters"). La salida de Estados Unidos del acuerdo con Asia (Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica) y la revisión del acuerdo comercial con Corea del Sur, agregan un elemento más de duda en cuanto a la palabra de Washington en las negociaciones internacionales.

En el capítulo de la política externa, Trump consiguió la proeza de juntar al mismo tiempo dos desafíos nucleares, con Irán y con Corea del Norte. La no certificación del acuerdo multilateral sobre el programa nuclear iraní no retira a los EE.UU., pero transfiere al Congreso el análisis de nuevas sanciones económicas por lo que él considera incumplimiento del acuerdo. Eso solo hace aumentar la división con Rusia, China y los países europeos que consideran que Irán está cumpliendo con los términos del acuerdo. Las manifestaciones contradictorias en relación a los programas nuclear y balístico de Pyongyang y las amenazas a China para que interrumpa el comercio bilateral con Kim Jong-un. La salida de la Unesco, así como las restricciones al Banco Mundial, en virtud de los préstamos a China, y el abandono del Acuerdo del clima de París aislarán aún más a Estados Unidos. La amenaza de intervención militar en Venezuela retiró el apoyo de los países latinoamericanos. Las marchas y contramarchas con relación a Rusia y a China (considerada el mayor enemigo de EE.UU.) introducen un elemento más de incertidumbre en términos geopolíticos.

Las manifestaciones seguidas de Trump —verdadero reality show— con señales contradictorias no se están tomando en serio y son entendidas e ignoradas como expresiones de autosuficiencia patológica. El comportamiento del presidente norteamericano llevó a un grupo de 27 psiquiatras y psicoanalistas a publicar el libro El Peligroso Caso de Donald Trump (The Dangerous Case of Donald Trump), de gran éxito en los EE.UU.

Sin tener en cuenta el hecho de que está en juego la credibilidad de la palabra del gobierno norteamericano, sobran razones para la justificada ansiedad en el mundo.

(*) Presidente del Instituto de Relaciones Internacionales y Comercio Exterior (IRICE)

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