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La realidad manda

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MARIA JULIA POU

En estos días se han definido algunas cosas de relevancia para la vida futura del país y por lo tanto de todos nosotros. En el tema prioritario de la educación es de suponer que con el cambio de algunas de las autoridades de la conducción de Secundaria por fin exista una dirección más clara y se sepa quien manda en ese rubro esencial de nuestra sociedad. Una premisa a tener en cuenta en el momento de la toma de decisiones es aquello que la realidad, siempre terca, nos dicta. En algunos países del primer mundo, cuando de definiciones de este tipo se trata, las autoridades consultan a los empresarios, industriales, productores de todas las áreas, acerca de la mano de obra que van a necesitar en los tiempos venideros y así poder formar jóvenes que van a poder encontrar su lugar aprovechando las enseñanzas que recibieron en las tareas que el país precisa. Culminar la enseñanza con pasantías en las propias empresas redondea el concepto de adecuación de la preparación con la realidad laboral. Con esta actitud no sólo se invierte bien en preparar a los jóvenes sino que también se evitan frustraciones de aquellos que se preparan para tareas para las que no hay demanda.

Es por esta y otras razones que la idea de que la UTU se convierta en Universidad Tecnológica no solamente nos parece buena sino que la consideramos necesaria. Queremos recordar que fue un nacionalista, el Ingeniero Luis Balparda, el primero que renovó y jerarquizó a la institución y más recientemente el Profesor Miguel Burghi bajo cuya dirección se renovó el equipamiento de la UTU llevando la enseñanza allí impartida a un nivel hasta ese momento desconocido de actualización. Pero el dato más dramático que nos lleva a apoyar la iniciativa planteada es el hecho de que tengamos que importar trabajadores calificados en áreas esenciales a nuestra industria porque no nos podemos auto abastecer con los recursos humanos que disponemos. El caso más notorio fue el de la planta de fabricación de pulpa de papel, para cuya obra fue necesario importar soldadores. O el reciente pedido de autorización para contratar un 25 % de obreros extranjeros en otro emprendimiento.

El asunto ahora se centra en quien toma las decisiones y qué consideraciones se tienen en cuenta para resolver de la mejor manera posible este dilema. Y la señal de alarma nos viene del sector sindical que como tantas otras ocasiones se muestra conservador y reacio frente a los cambios necesarios. A veces nos preguntamos si es sólo una postura conservadora, un temor a la pérdida de poder o simplemente desconocimiento de la realidad cambiante e implacable a la hora de brindar oportunidades nuevas de trabajos. ¿Se tiene conciencia que hoy en día para manejar una costosa cosechadora, una máquina forestal, tornos, telares o equipos informáticos, para mencionar sólo algunos ejemplos, no sólo se requieren destrezas manuales sino capacidades intelectuales y conocimientos especializados? ¿Se está en conocimiento de que son trabajos bien pagos que permiten labrarse un futuro? No olvidemos la inquietud demostrada por ese uruguayo excepcional que fue Pedro Figari, que entre sus múltiples aciertos tuvo el de alentar y dirigir la Escuela de Artes y Oficios, demostrando el conocimiento de la realidad que lo rodeaba pero sobre todo de la gran lucidez para anticipar el futuro. Prestigiar la UTU parece ser un buen primer paso.

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