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Un cambio de paisaje

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La 21ª. Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático tendrá lugar en París, entre el 30 de noviembre y el 11 de diciembre. Su objetivo es un acuerdo obligatorio y general sobre objetivos y medidas para contener el cambio del clima global. La clave son los términos obligatorio y general: los acuerdos deberán tener un efecto vinculante para todos los países.

La 21ª. Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático tendrá lugar en París, entre el 30 de noviembre y el 11 de diciembre. Su objetivo es un acuerdo obligatorio y general sobre objetivos y medidas para contener el cambio del clima global. La clave son los términos obligatorio y general: los acuerdos deberán tener un efecto vinculante para todos los países.

Los resultados de las reuniones preparatorias no parecen haber sido demasiado positivos. En la reunión de Bonn (1 al 11 de junio) los países se comprometieron a tomar medidas para contener el aumento de la temperatura promedio mundial por debajo del umbral de los dos grados centígrados, pero se negaron a realizar un estudio más preciso para determinar cuál sería el impacto total de los cortes en las emisiones que realizará cada país. El representante de WWF, una de las principales ONG que participaron en la reunión, declaró que lo que se necesita es una evaluación completa de los aportes de todos los países, con una sólida base científica, para demostrarle a la opinión pública mundial como los políticos cumplen (o no) con sus promesas. Este tema quedará para la reunión final en París.

Entretanto, los países del Grupo de los 7 (G7), reunidos en Alemania, se comprometieron a adoptar un nuevo instrumento legal con fuerza obligatoria adentro de la Convención Marco sobre el Cambio Climático y convinieron evolucionar hacia una economía global con un bajo consumo de combustibles generadores de carbono. Con ese fin prometieron impulsar tecnologías innovadoras que transformen el sector de la generación de energía para el año 2050. El G7 está formado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Reino Unido y Japón. En la reunión también participó la Unión Europea.

Pero, quizás, lo más interesante, sean los datos divulgados en la 64ª edición del estudio sobre la energía mundial publicado por BP, una de las principales transnacionales petroleras.

El informe analiza los cambios producidos en el escenario global de la producción y consumo de energía durante el año 2014, y concluye que no deben ser considerados como etapas de otro proceso cíclico tradicional. Más bien, advierte, aquellos acontecimientos pueden ser vistos como síntomas “de movimientos más amplios en algunas de las placas tectónicas que conforman el paisaje de la energía, con desarrollos significativos tanto en la oferta como en la demanda por energía”. Esos cambios están teniendo profundas implicancias para los precios, la combinación de fuentes de energía consumida por los países, y las emisiones de carbono a la atmósfera.

Uno de los cambios más notables es que los Estados Unidos se han convertido en el principal productor de petróleo, desplazando a Arabia Saudita.

Lo más significativo, con vistas a la reunión de París, es que el consumo de petróleo, gas natural y carbón aumentó a la tasa más baja desde 1998, lo que atenúa el incremento de las emisiones de gases de invernadero a la atmósfera. En cambio, la producción de energía renovable sigue creciendo y ya representa un respetable 3% del consumo de energía global.

El paisaje de la generación y consumo de energía en nuestro planeta está cambiando. Este proceso -de mantenerse - tendrá un impacto favorable importante sobre el proceso de cambio del clima global.

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Juan Oribe Stemmer

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