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Evaluación postergada

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Se han hecho muchas evaluaciones del desempeño electoral del Partido Nacional. Algunas fueron públicas, otras reservadas. Las conozco todas y encuentro en ellas una carencia.

Se han hecho muchas evaluaciones del desempeño electoral del Partido Nacional. Algunas fueron públicas, otras reservadas. Las conozco todas y encuentro en ellas una carencia.

Existe consenso en afirmar que el votante del interior es diferente del votante montevideano. El votante del interior, llegado el momento de la elección departamental (y con el resultado nacional a la vista) vota candidatos idóneos para las tareas municipales: recolección de basura, cuidado de los parques y plazas, etc.

El votante de Montevideo, en su mayoría, no vota candidatos sino partidos; o bien ya se acostumbró a la mugre de la ciudad o bien no le interesa tanto. Su voto es la adscripción a un imaginario colectivo, a una orientación política global o modelo de país, cosas estas referidas política y simbólicamente a lo nacional y no a lo departamental.

Esto es solo la mitad del análisis: queda en falso quien detiene aquí su evaluación. El votante del interior interpretó, creo que correctamente, que se le planteaban dos convocatorias diferentes y respondió, en consecuencia, de dos maneras diferentes. En las recientes elecciones departamentales el Partido Nacional ganó otra vez la mayoría de las intendencias, pero en la primera vuelta (octubre) el Frente Amplio había sido mayoría holgada en todos los departamentos, aun en los que después perdió la intendencia. ¿Qué pasó? ¿La gente del interior no sabe lo que hace? De ningún modo.

Los comportamientos electorales son respuestas a una propuesta. Lo sucedido revela que la gente, tanto la del interior como la de Montevideo, interpretó que había dos convocantes con dos perfiles diferentes. Para lo nacional la gente prefirió, en todos lados, al convocante Frente Amplio y para lo departamental prefirió al Partido Nacional. Dicho desde otro ángulo: los dirigentes blancos del interior tuvieron éxito en promover al Partido Nacional como idóneo y mejor solución para los problemas departamentales y no tuvieron éxito para lograrlo respecto a lo nacional.

Haber ganado tantas intendencias no es poca cosa, dicen algunos. Error. Es efectivamente poca cosa: es reconocer que nos hemos convertido en un Partido departamental en todos los Departamentos, sin atractivo en lo nacional. Esa situación augura para el próximo período electoral, y el otro y el otro, una repetición de lo mismo: vamos a seguir ganando muchas intendencias y no vamos a conseguir nunca más ganar el gobierno nacional y la posibilidad de transformar el país.

Nos hemos quedado festejando porque el Frente Amplio no nos pudo arrebatar la intendencia de Cerro Largo como se lo propuso, ni la de San José o Florida pero no entendemos que aun la gente de esos departamentos ha dicho, mediante su voto, que para el gobierno del país la convocatoria del Frente Amplio le resulta más atractiva.

El voto es una respuesta a una convocatoria y la gente responde según aquello a lo que interpreta que ha sido convocada. El movimiento “Montevideo se puede” apuntaba a ganar Montevideo o, por lo menos votar muy bien, para poder tener chances de ganar en lo nacional, en el entendido -correcto- de que había que conquistar aquella base electoral que no solo es la más grande sino, sobre todo, la que vota en función de lo nacional, aun en las elecciones departamentales. Se jugaba allí para lo nacional. 

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Juan Martín Posadas

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