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Blitzkrieg

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Antes que terminara de evaporarse la resaca de los festejos Vázquez armó su gabinete, lo presentó en público, explicó -para quien todavía no había entendido lo obvio- que no había creído necesario consultar con nadie, se levantó y se fue.

¿Por qué el apuro? La sorpresa es el arma típica del estratega. Vázquez movió rápidamente sus fichas para asegurarse las condiciones de poder gobernar; nada menos. Todo fue hecho en atención a la interna del Frente Amplio. El MPP volvió a tener la mayoría de los votos, el dominio de la bancada legislativa, y Mujica será el primer senador. La única forma que tenía Vázquez de asegurar un espacio de poder propio y de neutralizar la segura demanda de Ministerios basada en esas mayorías era llenar las vacantes antes que llegasen los pedidos. Ahora cada puerta tiene colgado un cartelito de ocupado.

Les dejó -para guardar las formas sin mengua de la eficacia- a Bonomi (frateralmente controlado) y a Fernández Huidobro. Puso a Marina

Antes que terminara de evaporarse la resaca de los festejos Vázquez armó su gabinete, lo presentó en público, explicó -para quien todavía no había entendido lo obvio- que no había creído necesario consultar con nadie, se levantó y se fue.

¿Por qué el apuro? La sorpresa es el arma típica del estratega. Vázquez movió rápidamente sus fichas para asegurarse las condiciones de poder gobernar; nada menos. Todo fue hecho en atención a la interna del Frente Amplio. El MPP volvió a tener la mayoría de los votos, el dominio de la bancada legislativa, y Mujica será el primer senador. La única forma que tenía Vázquez de asegurar un espacio de poder propio y de neutralizar la segura demanda de Ministerios basada en esas mayorías era llenar las vacantes antes que llegasen los pedidos. Ahora cada puerta tiene colgado un cartelito de ocupado.

Les dejó -para guardar las formas sin mengua de la eficacia- a Bonomi (frateralmente controlado) y a Fernández Huidobro. Puso a Marina Arismendi en aparente reconocimiento del Partido Comunista pero cuya lealtad es a él y no al Partido, taponeó la Cancillería, reconoció que la Vertiente Artiguista era una grifa de fantasía y fin del asunto.

Además de haber sido una jugada necesaria en la ecuación del poder interno, me parece ver en ella una acción hacia el fondo del Frente Amplio. Veamos. Todos sabemos que el Frente Amplio es jurídicamente una asociación de diversos partidos. Política o ideológicamente el Frente es una entidad flexible y oscilante, que en su origen se hizo a sí mismo con el fin de juntar más fuerza electoral, convocando a marxistas, no marxistas, democristianos, blancos y colorados. Se modificó más tarde a sí mismo (sin contárselo a nadie) después del derrumbe de la casa matriz comunista. Ahora -sutilezas y sofisticación a un lado- hay un Frente que tiene la cara de Vázquez (heredero de Seregni, después de haber personalmente arrojado al General a la papelera) y un Frente con la cara de Mujica. (En el futuro cambiarán las caras por una cuestión de edad, pero seguirá habiendo dos Frentes).

Al Frente con la cara de Vázquez, en un descuido, Mujica le sacó el trono con su popularidad y sus votos. Duró cinco años. Volvió a votar muy bien. Por eso, ahora Vázquez se propone volver a poner las cosas en su lugar. Vean la semiótica: al Presidente que ciñó la banda con la camisa desprendida y sin corbata lo sucederá un Vázquez presentando su gabinete impecablemente vestido con saco, camisa y corbata al tono. O sea: fin del folklore y la pseudopoesía, ahora vamos a un gobierno serio.

Así como Real de Azúa definió con agudeza al batllismo como una combinación simultánea de impulso y de freno, algo parecido se puede decir del Frente Amplio: es, a la vez, el receptáculo del discurso de izquierda y el solvente de las ideas de izquierda. Estoy seguro que Abella y Asamblea Popular concordarán conmigo.

La izquierda neta es una locura desautorizada por la historia y totalmente inservible para gobernar al Uruguay de hoy. Esto lo ve claramente el oncólogo que tiene la tarea para los próximos cinco años. Formó su gabinete, su equipo de gobierno, con frentistas, para protegerse del MPP y de Mujica, todos ellos también frentistas. El Frente -hoy con rostro de Vázquez pero siempre el Frente- es el solvente para neutralizar rigideces izquierdistas (en todo caso, incertezas). La elección del gabinete no muestra una predilección de Vázquez por el pasado sino hacer posible su gestión futura de gobierno y oponer un Frente Amplio a la influencia del otro.

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Juan Martín Posadas

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