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Significado de una inversión

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Jorge Grünberg
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El proyecto de la empresa UPM de abrir otra planta de celulosa en nuestro país aparece como el proyecto más importante de este período de gobierno.

El gobierno ha utilizado vastos recursos políticos y diplomáticos para atraer este proyecto y para concretarlo está dispuesto a realizar cuantiosas inversiones en infraestructura, renunciar a una importante recaudación fiscal y brindar excepciones legales y regulatorias inéditas.

Nuestro país está en un momento de decisión porque estamos atrapados en lo que algunos economistas llaman "la trampa de los ingresos medios". Esto se refiere a que nuestros salarios son demasiado altos para producir bienes "baratos" (indiferenciados, de bajo contenido tecnológico). Pero nuestras capacidades tecnológicas son insuficientes para producir bienes de mayor valor (diferenciados, con alto contenido de conocimiento) que compitan por su calidad e innovación.

No es fácil escapar de esta trampa. Para pasar de ingresos "medios" a "altos" en forma sostenible un país debe desarrollar capacidades tecnológicas y empresariales que le permitan producir bienes diversificados y de mayor sofisticación. Esto implica esfuerzos sostenidos en la formación de capital humano, en el desarrollo de infraestructuras tecnológicas y en la promoción de la innovación y el emprendimiento. Implica invertir en liceos de alta calidad, laboratorios de investigación, formación de doctores, apoyo a emprendimientos de riesgo, redes de fibra óptica, gobierno digital.

Nuestro país tiene que decidir si tiene la voluntad de realizar estos esfuerzos. En los últimos años han existido señales positivas como la creación de la ANII, el Plan Ceibal, el Instituto Nacional de Evaluación Educativa, la Facultad de Ciencias de la UdelaR, el Pedeciba, la Universidad Tecnológica, las universidades privadas, el Instituto Pasteur, la expansión de la fibra óptica, el desarrollo de las energías alternativas. Pero al mismo tiempo se bloquean los acuerdos internacionales de comercio, se obstaculizan las nuevas plataformas tecnológicas, se hostiliza a las iniciativas educativas innovadoras. En la resolución de esa competencia de visiones radica nuestro futuro.

Por eso es tan importante el significado de este proyecto de inversión. Significa que en este debate entre dos visiones de país, estamos optando por anclarnos en una visión industrial del siglo pasado. Una visión basada en una concentración productiva centralizada en grandes complejos fabriles y dependiente de técnicos y tecnología extranjeros. Simbólicamente, este proyecto mira a nuestro pasado con su énfasis en las vías férreas, el relativo desinterés por los aspectos ambientales y el objetivo de exportar un producto primario con escaso o nulo aporte de conocimiento local.

La inversión extranjera es importante pero no todo tipo de inversión extranjera es igualmente valiosa. Si aspiramos a desarrollarnos debemos buscar inversiones que fortalezcan nuestras capacidades nacionales de innovación y desarrollo tecnológico. Proyectos que formen y empleen personal técnico y profesional de alta especialización. Proyectos que demanden bienes o servicios locales con creciente sofisticación. Empresas que desarrollen actividades locales de adaptación y producción de conocimiento. Proyectos que faciliten que en el mediano plazo especialistas y empresas uruguayas participen no solamente en la producción y el transporte sino en el diseño y desarrollo de productos.

UPM es una empresa conocida por los uruguayos. Sus inversiones en Uruguay deben ser bienvenidas, como las de otras empresas internacionales y nacionales. Pero el gobierno debería negociar con UPM un proyecto con mayor contenido de conocimiento e innovación nacional en el mediano y largo plazo. Por ejemplo que una fracción de la inversión se utilice para financiar actividades de investigación y desarrollo.

UPM planea realizar una inversión de más de US$ 4.000 millones. Un décimo de esa cifra, US$ 400 millones (equivalente a 10 años de presupuesto de la ANII), podría financiar en colaboración con las universidades e institutos de investigación uruguayos una red de proyectos vinculados en áreas relevantes como biotecnología aplicada, genética forestal, logística optimizada de transporte, vehículos de carga sin conductor, reuso de la madera para diseño de muebles, piezas artísticas o viviendas, gestión del impacto medioambiental de la producción de base forestal. En el mediano plazo estas actividades beneficiarían a ambas partes. UPM cultivaría una fuente de innovaciones para su producción local e internacional. Uruguay generaría capacidades tecnológicas en industrias conexas con la forestal y la de celulosa, promovería la formación de profesionales e investigadores en estas áreas y diversificaría la producción de bienes y servicios vinculados al complejo forestal.

Atraer proyectos que involucren actividades de investigación y desarrollo no es sencillo pero si aspiramos a transformarnos en un país desarrollado en la sociedad del conocimiento. Este es el camino que siguieron países como Singapur, Corea del Sur o Israel y por supuesto China que actualmente recibe casi un tercio de la inversión mundial en investigación y desarrollo. La voluntad de UPM de continuar invirtiendo en nuestro país es una oportunidad para iniciar una nueva etapa de "inversiones inteligentes" que debemos aprovechar.

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