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En el camino está la recompensa

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Construir el largo plazo a partir de metas nacidas de los valores es la manera de alcanzar resultados más satisfactorios, completos y estables. Las vidas de las personas, de las familias, de los negocios o de los países, se construyen piedra sobre piedra teniendo claras las metas y eligiendo los caminos que aconseja la ciencia, el conocimiento, la experiencia y la organización. La vida nos muestra todos los días los resultados diferenciales de la aplicación de estas recetas. Es difícil encontrar trayectorias exitosas que no hayan sido construidas sobre estas bases. Juega la fortuna, pero también la preparación para no dejarla escapar.

Construir el largo plazo a partir de metas nacidas de los valores es la manera de alcanzar resultados más satisfactorios, completos y estables. Las vidas de las personas, de las familias, de los negocios o de los países, se construyen piedra sobre piedra teniendo claras las metas y eligiendo los caminos que aconseja la ciencia, el conocimiento, la experiencia y la organización. La vida nos muestra todos los días los resultados diferenciales de la aplicación de estas recetas. Es difícil encontrar trayectorias exitosas que no hayan sido construidas sobre estas bases. Juega la fortuna, pero también la preparación para no dejarla escapar.

El modelo contrasta con los resultados de quienes se plantan en el bar esperando el viento de cola. Es el sistema de desarrollo que desde siempre han seguido los países del continente. Su apuesta no ha sido ni al ser humano ni a sus capacidades ni a sus organizaciones ni a sus instituciones. Más bien la apuesta ha sido a las riquezas naturales y a las rentas que de ellas se derivan. El sistema no consiste en seguir un camino sino en aprovechar efímeramente las circunstancias.

No se explica fácilmente un gobierno que se dice progresista, que sus proclamas principales apuntan a la construcción de capital humano, prosperidad, equidad, soberanía, derechos e instituciones pero que sin embargo trajo al país a esta emboscada. Todo bajo la conducción de los grupos campeones del progresismo. Difícil confundirlo con una equivocación habiendo tanta experiencia y conocimiento acerca de lo que ocurriría. Los pueblos creen en las palabras pero tienen más dificultad para descifrar los hechos.

Como lo señalan los gobernantes, la manera de salir ahora es con inversión y crecimiento. El inconveniente es que hemos dilapidado los instrumentos para conseguirlo. En el mejor momento creció el déficit en forma acentuada y obligará a gastar mucho de forma improductiva para solamente retocarlo. Además habrá que subir tarifas esenciales para la productividad a fin de contemplar el déficit. Las condiciones presionan sobre las tasas de interés, sobre el consumo, sobre el gasto del gobierno. Un contexto fuertemente recesivo además de inflacionario. Las calificadoras de riesgo están observando las condiciones y ya advierten de la tendencia negativa, lo cual dificultará y encarecerá el crédito cuando es más necesario.

Habrá más desempleo. Menos días por semana, menos horas por día, empleos de menor calidad y más inestables. Menores ingresos salariales. Todo esto golpeará más acentuadamente sobre el 60% de menores ingresos y de menor calidad de empleo. El interior donde habita más de la mitad de la población no tiene voz en la conversación. Los empleados públicos y las corporaciones sindicalizadas que le marcan el compás al gobierno tienen más privilegios.

Esto recién empieza. El aspecto más positivo es que el contexto externo es ostensiblemente más positivo de lo que se pronosticaba hace seis meses. Pero las condiciones siguen siendo internamente más adversas para la inversión. Las medidas para bajar el déficit -tarifas, impuestos, tasas de interés- van contra la competitividad y el consumo interno no tiene fuerza. Las medidas que se implementan son para matar toda expectativa.

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Joaquín Secco García

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